vitoria. En consonancia con las ambiciosas metas que se han marcado, los responsables del Departamento de Seguridad, con la consejera Estefanía Beltrán de Heredia a la cabeza, no se andarán con medias tintas a la hora de darle la vuelta a la Ertzaintza para adecuarla a su renovado espíritu y objetivos. Por si quedaba alguna duda, la Policía vasca de 2016 -el horizonte que se han marcado para culminar sus planes- tendrá poco que ver con la actual, comenzando por su estructura. Portavoces autorizados del departamento adelantaron a DNA que el esquema de trabajo que hay encima de la mesa contempla reducir drásticamente el número de divisiones, que pasarán de cinco a tan solo dos: seguridad ciudadana e investigación. De forma paralela, se creará un novedoso servicio de inteligencia que trabajará de forma transversal para toda la Ertzaintza. En los niveles inferiores se situarían las jefaturas territoriales hasta llegar a las comisarías.
Pese a que esta auténtica revolución se encuentra aún en una fase muy temprana, este esquema básico casa completamente con las declaraciones que ha venido realizando la consejera de Seguridad desde que fue nombrada el pasado diciembre: su intención de lograr una Ertzaintza cercana al ciudadano, de primar la prevención del delito potenciando el área de investigación, sin dejar de lado la persecución del crimen cuando se cometa, y su denuncia del actual "exceso de estructura administrativa" en el departamento, que desemboca en duplicidades. La eliminación de tres divisiones sin duda aligerará este lastre, y la preeminencia de seguridad ciudadana y de investigación redundará en esa Ertzaintza más próxima y en una prevención más eficaz del delito.
Más llamativa resulta la creación de una unidad de inteligencia dependiente de un jefe operativo. La misma integrará presumiblemente las funciones de la actual División Antiterrorista y de Información, que se había quedado hasta cierto punto huérfana tras el fin de la violencia de ETA. Este vacío de funciones obedece también a que el exconsejero de Interior, Rodolfo Ares, la sobredotó hasta llegar al medio millar de agentes.
De hecho, el camino que está emprendiendo el Departamento de Seguridad -reducir la estructura de la Ertzaintza a su esencia básica para que centre todos sus esfuerzos en los objetivos marcados- es justo el contrario del que acometió el consejero socialista. A principios de 2010, y mediante la aprobación de una nueva RPT, Ares llevó a cabo una expansión de la Policía vasca, que pasó de cuatro divisiones a cinco, incluyendo tres de nuevo cuño: la Antiterrorista y de Información -fruto de la suma de la Unidad de Información y Análisis y de la Unidad de Desactivación de Explosivos-, la de Tráfico y la de Inspección y Administración. Esta forma de proceder fue muy criticada en su momento porque suponía un incremento exponencial en las escalas superiores de mandos. "Muchos jefes y pocos remeros", resumieron entonces fuentes sindicales.
Iniciativa El planteamiento del Departamento de Seguridad está en fase de construcción en la forma del Plan Estratégico de la Ertzaintza-Horizonte 2016, en cuya elaboración está especialmente implicado el director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo. A la espera de que se desvelen más detalles del mismo, la reunión que mantuvo ayer Gabirondo con todos los mandos en la comisaría de Erandio anticipó la intención de limitar las divisiones a seguridad ciudadana e investigación, así como la introducción de una unidad de inteligencia.
En dicho encuentro, destinado a dar a conocer algunos aspectos del Plan Estratégico y a recabar aportaciones para el mismo -los nagusis tienen de plazo para ello hasta el 8 de abril-, se distribuyó un documento en el que se aseguraba que "la Ertzaintza del futuro desarrollará un modelo de prevención activa, que parte del presupuesto de que la mera presencia no tiene efectos preventivos suficientes, y que su actuación será informada u orientada por la inteligencia".
Con el título Reflexión Estratégica Ertzaintza 2013-2016, este escrito apuntaba que "el enfoque de prevención tendrá no solo carácter táctico sino también estratégico. Desde este punto de vista, también las actividades de investigación coadyuvarán en el enfoque preventivo, prestando especial atención a la relación con víctimas y testigos". A ello se añade que "la investigación criminal, guiada por la inteligencia, se apoyará en la policía técnica y científica".
El documento, al que ha tenido acceso DNA, comenzaba haciendo especial hincapié en la recuperación del espíritu de proximidad con el que nació la Policía vasca. Así, señalaba que "la Ertzaintza que deseamos colocará en el centro de su actuación a los ciudadanos, apoyando especialmente a los que han sido víctimas de delitos". En esta tesitura, daba margen de maniobra a los agentes al afirmar que "el personal que está en primera línea de contacto con la ciudadanía conservará la iniciativa personal en la prestación de todos nuestros servicios". El documento también subrayaba el afán de transparencia y la búsqueda de unos "altos niveles de compromiso y sentido de pertenencia a la Ertzaintza".