madrid. Cogió la coalición hace cuatro años hundida, dispersa y desintegrada cuando lo que estaba en juego, tal como le gusta recordar a Cayo Lara, era si IU iba a ser capaz de "sobrevivir". Y lo ha conseguido tras superar una conflictividad interna endémica, un mérito que sin duda se le puede atribuir a él. Puede presumir de haber devuelto un futuro a IU en sólo cuatro años y de haber recuperado para la formación una posición política de fuerza, que incluye una presencia importante en el Congreso, con once diputados (la anterior legislatura sólo había dos), aunque sirva de poco en este contexto de mayoría aplastante del PP. Lara llegó al Congreso hace justo un año sin ninguna experiencia parlamentaria aunque sí política, puesto que su currículum incluye varios años de agricultor combativo y una década como alcalde de Argamasilla del Alba (Ciudad Real). Al frente de un grupo parlamentario propio, la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), Lara, a sus 60 años, ha ido afianzando su liderazgo. Su momento le llegó cuando Llamazares dimitió como coordinador general tras el desastre electoral de 2008 y decidió entonces dar el salto y disputar con otros cuatro candidatos el liderazgo de IU. Entonces no lo tuvo fácil. Ahora ha logrado una mayoría aplastante.