donostia. Pidieron que solo les acompañaran quienes "condenan todos los asesinatos" de ETA, y más de un centenar de personas, entre las que se encontraban representantes de PNV, EA, PSE, PP y UPyD, respaldaron su petición y acompañaron a familiares y allegados de Inaxio Uria en la concentración celebrada ayer en Azpeitia con motivo del cuarto aniversario del asesinato del empresario guipuzcoano.

Silencio total y ninguna declaración pública. La concentración, de quince minutos, comenzó a la una del mediodía junto al monolito que recuerda dónde cayó asesinado Uria y que fue engalanado con ramos de flores y carteles con la palabra Paz escrita en euskara y castellano.

presencias y ausencias A este acto asistieron los cinco hijos de Uria y la mayoría de sus hermanos. Su viuda, Manoli Aramendi, no acudió al no sentirse con ánimo.

Por parte de los partidos, resaltó la ausencia de los miembros de la antigua Batasuna, dado que la familia reclamó al resto del arco político no bajar "la exigencia de petición de condena a la izquierda abertzale y la disolución total e incondicional de la banda terrorista". "No se puede admitir que un partido político, que tenga la legitimidad de representar a una parte de la ciudadanía, no condene" sus asesinatos, concluían críticos.

Sin embargo, sí estuvieron presentes otros miembros de la coalición EH Bildu como los representantes de EA Rafa Larreina, Ikerne Badiola o Unai Ziarreta, encabezados por el secretario general de la formación, Pello Urizar. También acudieron dirigentes del PNV, como Markel Olano o Joseba Egibar, del PP guipuzcoano y del PSE -que envió una amplia representación liderada por Idoia Mendia y Rodolfo Ares-, así como el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, y la exparlamentaria Aintzane Ezenarro, expulsada de Aralar.

Por su parte, el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, visitó Angulas Aguinaga, que en 2005 sufrió un atentado de ETA