La Cámara de los Diputados de Italia aprobó ayer definitivamente la llamada ley anticorrupción que, entre otras medidas, introduce la prohibición de que puedan sentarse en el Parlamento políticos que hayan sido condenados en firme. Tras un largo periplo y algunas modificaciones que obligaron a nuevas lecturas del proyecto de ley en el Parlamento, la Cámara baja italiana aprobó ayer la ley por 480 votos a favor, 19 en contra y 25 abstenciones.
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