Bilbao. A diferencia de lo que sucediera tras las elecciones de 2009, cuando la mayoría absoluta de PP y PSE hacía peligrar la investidura de Juan José Ibarretxe, el PNV tiene claro en esta ocasión que terminará gobernando a la altura de diciembre. Ninguna combinación medianamente realista y factible de partidos ha logrado la mayoría absoluta necesaria para descabalgar a Iñigo Urkullu: el pacto constitucionalista se ha desplomado hasta los 26 escaños, y los socialistas y EH Bildu se han quedado a un parlamentario de conseguir los 38 asientos que les hubieran permitido proclamar a un aspirante alternativo. Pensar que PP y UPyD podrían permitir la investidura de Laura Mintegi parece pura ficción. Además, la propia candidata de la coalición abertzale ha recalcado que no impedirá la investidura de Urkullu, dando cumplimiento así a su compromiso de permitir que gobierne la lista más votada.

Una vez despejado ese escollo, los esfuerzos del PNV podrán centrarse en exclusiva en explorar posibles alianzas para garantizar la gobernabilidad de la CAV en un legislativo tan fragmentado. Su candidato a lehendakari ya avanzaba ayer en una entrevista a través de la iniciativa Ezagutzen dudalako que, a la hora de forjar pactos y decantarse por una fórmula de gobierno, analizaría la posibilidad de que los partidos que no han ganado las elecciones "puedan aliarse entre ellos en un ejercicio de bloqueo" en caso de que los jeltzales conformen un Ejecutivo en minoría. La posibilidad tomó cuerpo ayer por boca de UPyD. Aunque pueda parecer impensable que respalde la investidura de Laura Mintegi, algo muy distinto sería la política del día a día, donde podría coincidir en materia económica con EH Bildu.

La formación de Rosa Díez, el único partido minoritario que ha logrado reeditar su presencia en el Parlamento, cuenta con el escaño necesario para articular una mayoría absoluta en torno al bloque EH Bildu-PSE-UPyD, que podría vetar los presupuestos y desestabilizar a un eventual Gobierno del PNV desde la oposición. Aunque su parlamentario Gorka Maneiro insistió y dejó muy claro ayer que no piensa negociar ni mantener una relación "normal" con EH Bildu porque no es "democrática" -"sabemos lo que son y lo que representan, y no se les puede tratar como a los demás"-, no descartó que pueda coincidir con ella y con el PSE para defender una reforma de la Ley de Territorios Históricos y de la fiscalidad. "Ya que estamos en el Parlamento, vamos a defender nuestras ideas", justificó en una rueda de prensa celebrada en Gasteiz para valorar los resultados electorales, donde volvió a matizar que no quiere decir que vaya a negociar con EH Bildu, opción que descartó de raíz, y donde tampoco quiso abonarse a ningún bloque, ya que apuntó que el juego de mayorías podría cambiar en función de las propuestas sometidas a votación.

La reforma de la Ley de Territorios Históricos, relacionada con la posibilidad de que sea el Parlamento y no las instituciones forales quienes regulen en materia fiscal, ha sido uno de los mantras del PSE. López trasladó su propuesta de reforma fiscal a la Cámara de manera recurrente, pero no consiguió llevarla a buen puerto, ya que PNV y PP, que copaban la mayoría absoluta, apelaron al reparto competencial.

Sea fruto de una negociación o de una coincidencia fortuita como la que augura Maneiro, la confluencia de intereses de las tres formaciones pondría en un aprieto al PNV si decidiera gobernar en minoría o sin ningún apoyo estable, en forma de acuerdo de legislatura, de alianza interinstitucional, o de pacto de país contra la crisis y a favor de la paz y el autogobierno. Y la coincidencia de objetivos entre socialistas y EH Bildu no sería una quimera: anteayer mismo, durante el Consejo Vasco de Finanzas, sumaron sus votos para hacer valer sus posiciones. En concreto, el órgano discutía si procedía repartir el dinero recaudado de las empresas vascas que han devuelto las ayudas de las vacaciones fiscales, un monto que asciende a los 309 millones, de los que 210 corresponderían al Gobierno Vasco si se dividieran entre las instituciones.

La portavoz de Lakua en funciones Idoia Mendia apostó por ese extremo ante la oposición de Bizkaia y Araba, que recordaron que esos ingresos son "cautelares" y que el litigio sobre la pertinencia de las ayudas a las empresas está pendiente de resolver en los tribunales europeos, de modo que el Ejecutivo podría verse obligado a devolver el dinero. En contra de todo pronóstico, Gipuzkoa se alió con Lakua, ante el desconcierto del diputado general de Bizkaia José Luis Bilbao, quien llegó a especular con un "acuerdo político" entre ambas fuerzas.

en función de las propuestas A primera vista, cabía deducir que la formación de Rosa Díez decantaría sus votos hacia la alianza constitucionalista en materia identitaria, pero Maneiro precisó que no sería fiel a ningún bloque homogéneo y que optaría por defender "aquello en lo que cree" UPyD. "En función de los temas, se formarán unas mayorías u otras", abundó. Gorka Maneiro también dibujó a una UPyD "determinante" en la aprobación de los presupuestos, situó a PNV y PP próximos en materia económica, recordó que se sitúan a un escaño de la mayoría absoluta, y avisó de que utilizará su voto para "evitar recortes contra los ciudadanos".

El parlamentario de UPyD Gorka Maneiro, durante la rueda de prensa celebrada ayer en Gasteiz. Foto: efe

"No seré fiel a un bloque homogéneo. En función de los temas, se darán unas mayorías u otras"

GORKA MANEIRO

Parlamentario de UPyD