DONOSTIA. "¡A votar y a ganar! ¡A ganar la independencia y la España de todos!". Rojigualdas al aire. También alguna ikurriña. Suena la sintonía del PP y los asistentes que abarrotan el cubo pequeño del Kursaal aplauden a rabiar al candidato popular a lehendakari, Antonio Basagoiti. ¿Nadie se ha dado cuenta de lo de "a ganar la independencia"? Parece que los periodistas sí. Bromean con ello. El público sigue aplaudiendo, indiferente a la omisión de la preposición a. Da igual. El desliz se diluye en una diatriba unionista que ronda los 50 minutos. A cuatro voces, el mensaje se repite machaconamente: España como sinónimo de bienestar económico, independentismo como aproximación al "abismo".

El debate soberanista sigue monopolizando la campaña electoral del PP, que redobla esfuerzos en su lucha por movilizar a esa parte de la ciudadanía de la CAV que "se siente vasca y española". Una "mayoría silenciosa". Parte de ella, al menos, se personó ayer en el citado palacio de congresos de Donostia, aunque hubo que recurrir a refuerzos llegados de otras partes del Estado para completar el aforo -600 personas-.

La secretaria de Organización del PP, María Dolores de Cospedal, se presentó en Donostia como refuerzo a los empeños de la candidatura que encabeza Basagoiti. Las encuestas arrojan datos negativos para los intereses de su empresa, pero el candidato a lehendakari no pierde el optimismo. Los sondeos, dijo, parecen hechos "en batzokis y herriko tabernas", e incidió en el elevado número de indecisos como llave para echar por tierra esas previsiones.

La intervención de De Cospedal encajó perfectamente en el discurso de campaña del PP: la independencia, dijo, coloca a los vascos "al borde del abismo". La dirigente popular cargó contra el soberanismo porque pone "en grave peligro" la estabilidad económica de la CAV, la sociedad del bienestar, los servicios públicos y hasta las pensiones. "El PP defiende un País Vasco en España, con la Constitución y el Estatuto de Gernika e integrados en Europa", reivindicó la secretaria de Organización de la formación conservadora.

Cambio de tercio. El tema seguía siendo el mismo, pero De Cospedal tenía un amplio arsenal de argumentos. La independencia aleja a la CAV de Europa, dijo. "Están directamente engañando y mintiendo a la ciudadanía. Si es un contrasentido. Estamos todos hablando de que necesitamos más Europa, más unidad en el ámbito fiscal, unidad financiera, si queremos ir a más Europa... ¿Cómo podemos estar diciendo que queremos más Europa y al mismo tiempo algunos aquí que se quieren ir del proyecto común? ¿Cómo se puede decir una cosa y la contraria?". Rojigualdas al aire y aplauso cerrado.

la euskadi "de todos" A De Cospedal le precedió Basagoiti, quien reivindicó "orgulloso" su vasquidad y españolidad. La "crisis independentista" acaparó, una vez más, su intervención. La Euskadi que quiere construir el PP, aseguró, es una Euskadi "abierta" y "de todos", aunque solo apeló al voto de los no-nacionalistas. Su proyecto, añadió, busca construir un lugar donde poder educar a sus hijos en el modelo educativo que quiera, en el que se pueda ser vasco y español y en el que se puedan celebrar "con tranquilidad" las victorias de la selección estatal de fútbol. "Una Euskadi sin el uniforme al que quiere obligarnos a todos el nacionalismo".

Para ello, Basagoiti llamó al electorado a votar a su candidatura, el "único" adalid del unionismo en la CAV. Con ello, "aquí no hay ni referéndum ni independencia que valga" y se reforzaría la opción política que "más claro tiene la derrota de ETA". "No hay más, nadie que crea en estos valores puede tirar el voto a la basura dándolo a quien no suma, regalándolo a la lotería de un socialismo que no se sabe dónde está ni que defiende".

Mientras, la cabeza de lista de Gipuzkoa, Arantza Quiroga, orientó su discurso hacia el ámbito de la pacificación y la normalización política, donde hizo apología del inmovilismo del que hace gala el PP en ámbitos como la política penitenciaria. "Dicen que van a sacar a los presos la calle... ¡pues como no organicen una fuga masiva!". Si el PP sigue al frente de las instituciones, añadió, a los reclusos de la organización armada "no van a tener otra" que la ley y el cumplimiento de las penas.

Borja Sémper, presidente del PP guipuzcoano, por su parte, abrió el mitin político celebrando su visión de banderas nacionales y ikurriñas juntas en el auditorio. "¡Qué gusto!", exclamó. Luego se dedicó a dibujar un escenario postelectoral "lastrado" por la "losa" del independentismo. "Hay otro futuro, cada voto vale para cambiar ese futuro", dijo. El voto al PP, señaló, sería la vía de acceso a ese "otro futuro", a una Euskadi "moderna". Dentro del Estado español, eso por descontado.

Quiroga, Basagoiti y De Cospedal rodeados de militantes del PP, ayer en Donostia. Foto: EFE