A lo largo de la campaña que esta noche arranca oficialmente es más que probable que usted reciba en su domicilio una llamada en la que, del otro lado del teléfono, un vecino le invite a hablar de política. No se asuste. Se trata de la novedosa iniciativa que pondrá en marcha el PNV alavés Deitu eta entzun -llamar y "sobre todo" escuchar, explican sus impulsores- con la que los jeltzales tratarán de tumbar algunas de las barreras que separan a los ciudadanos de la política para propiciar un intercambio de opiniones que enriquezca a ambas partes.

"No se trata de pedir el voto. Se trata de dirigirnos a los alaveses de una manera amable para trasladarles de primera mano cuatro ideas de nuestro programa electoral y contrastar con quienes acepten esta invitación al diálogo cómo ven la situación actual, cuáles son sus prioridades o qué propuestas tienen para hacernos". Así explica el desarrollo que tendrá el uso de este call center Jon Urresti; uno de los impulsores de esta iniciativa al que encontramos ultimando sin resuello los preparativos que convertirán el salón de actos del Araba Buru Batzar en un bullicioso centro de llamadas en el que trabajarán de sol a sol, siete días a la semana hasta el próximo día 21, un total de 250 voluntarios llegados de todos los barrios y pueblos de Álava; el único territorio donde el PNV estrenará esta iniciativa piloto cuyo uso será "pionero en todo el Estado".

La cercanía como clave

Vecinos del portal de al lado

La llamada se producirá de la siguiente manera: un voluntario introducirá en el ordenador su propio código postal y éste marcará un teléfono fijo de la zona. De esta forma se consiguen dos cosas. "Por un lado, que el voluntario no sepa en ningún momento a quién está llamando, lo que protegerá la intimidad del receptor de la llamada, y por otro, que ambos dialoguen desde la máxima cercanía posible"; incluso geográfica. Que el emisor, quien llama, "conozca el terreno sobre el que se mueve quien contesta y pueda así entender mejor sus necesidades" logrando que la conversación sea al mismo tiempo "lo más limpia y lo más eficaz" posible, explica Urresti.

La intención del equipo jeltzale es terminar la campaña electoral habiendo llamado a unos 100.000 de los números de teléfono que recogen las páginas blancas del territorio. "Prácticamente toda Álava tendrá al menos una oportunidad" de participar en esta iniciativa, resume. Pero, ¿no tiene miedo a que las llamadas sean mal recibidas por algunos como ha pasado en otros países? "Lo cierto es que no", responde seguro Urresti que, bregado durante casi tres décadas en el trabajo demoscópico, subraya que los voluntarios extremarán el respeto a la respuesta de sus interlocutores y, sobre todo, que la sociedad vasca "es muy educada". "Incluso para colgarte alegando delicadamente que tienen la sartén al fuego", añade con una mueca cómplice.

Barrio a barrio, pueblo a pueblo. Así peinará telefónicamente Álava de 10 de la mañana a nueve y media de la noche el equipo de voluntarios que se ha embarcado en esta aventura y que estará formado por representantes de todos los estratos profesionales y sociales que tejen Euskadi, de edades que van desde los 18 años hasta los 87 que aportará la voluntaria de mayor edad, que ya termina de conciliarse con sus nuevas herramientas de campaña en los cursos exprés en los que los voluntarios reciben la formación necesaria para poner en marcha este call center. "No son profesionales, es gente que lo hace con más corazón que otra cosa", explica con cariño Urresti, que subraya el impacto que esta iniciativa tendrá en la campaña jeltzale. "Será un punto de inflexión que el propio Urkullu seguirá muy de cerca", subraya, y que hará posible enriquecer la gastada vía de comunicación unidireccional político-ciudadano con los frutos de un diálogo directo entre iguales del que saldrá un resultado tangible: un dossier que será presentado cuando acabe esta experiencia y que transmitirá a los candidatos jeltzales las sugerencias y demandas que los protagonistas de este diálogo les transmitan a lo largo de estos 15 intensos días de campaña alumbrando el camino compartido que les invitan a seguir.