Vitoria. El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, logró ayer un leve respiro con el acuerdo unánime de la Conferencia de Presidentes autonómicos en torno al cumplimiento del objetivo de déficit establecido: 1,5% para 2012 y 0,7% para 2013. La reunión, la primera de este cónclave en lo que va de legislatura, se presentaba como un campo de minas para el Ejecutivo popular, bajo el último rumor sobre la inminente petición de rescate a la UE -que negó sin demasiado éxito Rajoy a preguntas de los periodistas durante su posterior comparecencia-, con nuevos pésimos datos sobre la evolución del desempleo y en un clima de tensión territorial por la bandera soberanista agitada por Artur Mas.
Pero ayer no tocó debate sobre modelo de Estado, aunque varios presidentes populares aprovecharan sus turnos para cuestionar los planes del Gobierno de CiU. "Hemos hablado de los temas importantes", decía Rajoy, después de que el propio Artur Mas acotara el orden del día al déficit y la escasez de recursos. El presidente catalán es el único que ha pospuesto hasta hoy su valoración de la reunión.
Un reparto más equitativo de las cargas que supone la reducción del déficit era una reivindicación, no sólo de los socialistas, sino de algunos barones populares, especialmente después de que la Administración del Estado situara en el 3,8% su límite de déficit para 2013 sin que la flexibilización del dato global autorizada por Bruselas se trasladara a las comunidades autónomas, que el año que viene seguirán teniendo que reducir sus respectivos desfases presupuestarios al 0,7%. Rajoy se coprometió a reunir al Consejo de Política Fiscal y Financiera el próximo año para redefinir este reparto de cara a 2014 y evaluar el sistema de financiación autonómica, un daca ofertado por Moncloa aceptado a regañadientes que le permite ofrecer una puntual aunque nada habitual imagen de unidad política y territorial a la UE y a los mercados, pese a que los presidentes del PSOE no dejaron de señalar que dicho reparto debería revisarse ya para 2013.
La imagen no parece ni más -ni menos- que ese mensaje de unidad de cara al exterior, dejadas bajo la alfombra las controversias para mejor ocasión. Todos se felicitaron del acuerdo "general" o "de mínimos" suscrito, sin ocultar ninguno de los presentes que las diferencias se mantienen incluso respecto al pacto alcanzando.
El déficit vasco En este difícil escenario también se tuvo que bandear el lehendakari y candidato a la reelección, Patxi López, con el horizonte electoral muy presente y, por tanto, obligado a subrayar las distancias con las políticas del Gobierno de Rajoy, como lo hizo expresa y reiteradamente en su comparencencia de la tarde ante la prensa: "El acuerdo sobre el déficit no oculta discrepancias absolutas y radicales con la política de recortes", insistió. López se comprometía así ayer a que Euskadi cumplirá en 2012 el déficit del 1,5%, "a rajatabla" insistió, un objetivo que siempre ha mantenido como factible pese a las sucesivas caídas en la recaudación, tal y como declaró en la rueda de prensa en la que convocó las elecciones autonómicas a finales de agosto.
Abría por la mañana López el turno de intervención de los presidentes autonómicos instando a Rajoy a reivindicar en Europa la flexibilización de plazos para alcanzar los objetivos de reducción de déficit público y medidas para el crecimiento económico. Una reforma fiscal eficiente y equitativa para incrementar los ingresos -intención incluida finalmente para su estudio en el documento final- y un "pacto de lealtad entre las CCAA y entre éstas y la Administración central" fueron dos de las principales propuestas que López dejó sobre la mesa. Ahondando en la propuesta del "pacto de lealtad" entre autonomías y Estado, tanto Patxi López como el presidente andaluz, José Antonio Griñán, tan solo aludieron tangencialmente al debate pendiente abierto por Catalunya y por el propio PSC sobre el modelo territorial al apostar por un "modelo más cooperativo" que ejemplifican en una reforma del Senado -"federal", destacó López- para otorgarle un auténtico carácter territorial.
Al margen de estas consideraciones, el lehendakari no entró, ni por la mañana ante el plenario de la Conferencia ni por la tarde ante la prensa, en el melón del debate territorial abierto por Artur Mas, aunque sí reclamó a Rajoy la retirada de los recursos del Estado contra el decreto del Gobierno Vasco que intenta evitar el copago farmacéutico, reclamando que no se recentralicen competencias por la vía del decreto-ley.
Interpelado expresamente sobre el debate en Catalunya, López miró a la campaña electoral vasca, para afirmar que lo que toca es explicar "qué proponemos con lo que ya decidimos, en lugar de echar balones fuera con hipotéticos derechos a decidir futuros". En este sentido, inistió en que se siente "muy cómodo" con una "apuesta federal por parte de su partido", evitando valorar el hecho de que sus compañeros del PSC hayan abierto la puerta a pedir reformas para poder ejercer legalmente el "derecho a decidir".