Donostia. "También las instituciones son un instrumento y no un fin en sí mismo. El objetivo no es gestionar las instituciones, sino hacerlo al servicio del cambio político y social que demanda el pueblo abertzale de izquierdas y hacerlo además con la participación de sectores económicos, sociales y sindicales". La frase es de Arnaldo Otegi pocos días después del espectacular resultado que obtuvo Bildu en las elecciones municipales y forales de 2011. Lo dicho por el líder de la izquierda abertzale resume con exactitud los objetivos que en el campo de la lucha institucional expone la ponencia de Sortu, a la que ha tenido acceso este diario. Es decir, el poder institucional como instrumento o herramienta para objetivos de largo alcance.
Las últimas elecciones municipales y forales, así como las generales han proporcionado a las marcas aglutinadas en torno a la izquierda abertzale una presencia institucional formidable. La fuerza de este poder se concentra en Gipuzkoa con la alcaldía de Donostia y el sillón foral de la Diputación como máximos exponentes.
El éxito ha sido posible gracias a la combinación de la nueva apuesta por las vías políticas y la acumulación de fuerzas de izquierdas y soberanistas en torno a las marcas de Bildu y de Amaiur. El próximo reto son las autonómicas, a la que concurrirá como EH Bildu y la aspiración de ocupar al fin la lehendakaritza.
Reflejo del MLNV Toda la representación electa en forma de concejales, junteros, diputados o alcaldes son para Sortu el "reflejo institucional del Movimiento de Liberación Nacional y Social Vasco". A pesar de lo que se ha venido especulando sobre el dudoso futuro de estas coaliciones una vez legalizada la nueva marca política de la izquierda abertzale, Sortu no se plantea deshacer sus alianzas. Todo lo contrario. "El objetivo de Sortu es profundizar en los acuerdos tácticos y estratégicos" más allá de la reválida electoral y "avanzar hacia la constitución de un bloque popular antioligárquico, de izquierdas y abertzale que construya la hegemonía en el seno de la sociedad vasca".
La izquierda abertzale concede a la labor institucional una importancia de primer orden en esta nueva fase política y, en esa línea, propugna que el trabajo institucional de Sortu se desarrolle "fundamentalmente" dentro de la coalición correspondiente.
La estrategia en el campo institucional pasa por cambiar "la actual correlación de fuerzas" y de esa forma impulsar su modelo sociopolítico, librarse del dominio capitalista y superar la negación del hecho nacional vasco por parte de los estados francés y español. La transformación de la correlación de fuerzas posibilitará "la implantación de una nueva hegemonía política, la de los defensores de un estado socialista en Euskal Herria".
La estrategia queda perfectamente resumida en el primer párrafo del texto que aborda la política de alianzas de Sortu: "Si partimos de la necesidad de crear una amplia mayoría social y política, también institucional, hegemónica en el seno de la sociedad vasca, como única garantía de acceder a nuestros objetivos estratégicos de independencia, socialismo, reunificación y euskaldunización, además de fortalecernos y visualizarnos con la puesta en marcha de Sortu, debemos implementar al máximo nuestra política de alianzas, base fundamental de la acumulación de fuerzas y de la estrategia marcada en Zutik EH".
En este sentido, las instituciones no son sino otro frente de lucha para proyectar la línea política de Sortu. Ganar músculo institucional no es tan importante como evitar que la debilidad en este terreno suponga "un freno al proceso". La ponencia reconoce que el frente institucional "nunca será el motor" en pos de la independencia y el socialismo pero sí es una adecuada plataforma para "favorecer el camino de la transformación social y nacional".
Ocupar el poder, por pequeño e insuficiente que este sea, es un peaje que Sortu tiene que pagar "si aspiramos a construir la hegemonía". Si durante la fase político-militar del MLNV la participación institucional fue una prioridad de segundo orden y, en algunas instituciones incluso inexistente, ahora, estar presente en todas las instituciones resulta "fundamental". No tanto por la capacidad de gestión de los asuntos públicos inherentes a la labor institucional, como porque son un instrumento que "facilitará las transformaciones sociales y nacionales. Es la única manera -reconoce la ponencia de Sortu- de proyectarse ante la sociedad como una alternativa de poder real y factible".
Las instituciones se convierten así en una palanca transformadora del modelo capitalista que la izquierda abertzale aspira a erradicar. El discurso leído esta semana por el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, con motivo del pleno de política general de Gipuzkoa, de alguna forma, refleja la puesta en práctica del esquema teórico que desarrollan las ponencias de Sortu.
Movimientos populares "Representantes, cargos, dinero y presencia mediática" no es el objetivo principal de Sortu "sino lograr el mayor apoyo posible para el avance de los proyectos políticos, sociales y culturales acordados con los movimientos populares en el ámbito del euskara, el medioambiente, la mujer, los jóvenes, la cultura, la participación en los presupuestos...". Aunque no pone nombre a estos movimientos populares, la ponencia de Sortu abre las puertas de las instituciones a los colectivos sociales defensores de diferentes causas, manifestando incluso la pretensión de que participen en el establecimiento de los objetivos a impulsar desde el ámbito institucional.
Sortu es consciente de los desgarros internos que puede ocasionar la gestión institucional, pero considera que se trata de un coste menor ante el rendimientos que a nivel estratégico se puede obtener. "Las contradicciones que supone gobernar en el periodo de transición al socialismo son de segundo orden si se consigue avanzar en proyectos de transformación de carácter estratégico acordados socialmente. Desde ese punto de vista, una actuación institucional de esas características es revolucionaria en perspectiva estratégica".
En definitiva, para Sortu, las instituciones son una "herramienta indispensable para lograr que Euskal Herria pueda decidir libremente su futuro, para acumular fuerzas en torno al proyecto político abertzale y de izquierdas y para desarrollar nuestra alternativa". Las instituciones gobernadas por las alianzas en las que participa Sortu estarán basadas "en la democracia participativa" y los miembros de Sortu en las instituciones estarán "obligatoriamente integrados en sus estructuras", en especial el alcalde y los concejales.