Vitoria. En este juego triangular por el que se busca en la oposición con el contrario el retrato de la imagen propia, los socialistas siguieron ayer fijándose en PNV y PP para presentarse como la alternativa a "las derechas", a las que dibujaron como aliadas en la política de recortes que amenazan algunos puntales del Estado del Bienestar.

El candidato socialista a la reelección como lehendakari, Patxi López, se preguntó para qué fue a Cataluña el líder el PNV, Íñigo Urkullu; si lo hizo "para hacerse la foto con Artur Mas" o para "aprender en la academia del recorte" y ver "cómo se hace una consulta independentista".

Como viene haciendo desde que la cita con las urnas se asoma en la agenda política vasca, López insistió en que Urkullu oculta sus planes; en que va a aplicar en Euskadi los mismos recortes que el Gobierno de Mariano Rajoy y volverá a la "división" del Plan Ibarretxe.

Cuerpo a cuerpo contra el PP Pero, sin perder de vista que su principal rival en el caladero constitucionalista es el PP vasco, el líder del PSE auguró que el equipo de Antonio Basagoiti se limitará a decir "amén a la política de recortes, a la falta de inversiones" y a "seguir cargando las consecuencias de la crisis sobre las espaldas de los más vulnerables". "Mientras yo sea lehendakari no vamos a aplicar ningún recorte a nuestro Estado de Bienestar. No habrá recortes en la sanidad, ni en la educación, que seguirán siendo públicas y universales; no habrá copagos ni desmantelamiento de prestaciones, no dejaremos a nadie abandonado a su suerte y los más humildes seguirán teniendo el apoyo de su Gobierno para vivir con dignidad", concluyó, no sin antes defender de nuevo una reforma fiscal que logre que "paguen los que ahora defraudan" y que contribuyan más los que más tienen, prometer que cerrará las puertas a las "apuestas independentistas" y arrogarse el haber conseguido "hacer de Euskadi un país en paz" en lugar de un problema permanente como, dijo, era antes.

En la misma linea, el portavoz José Antonio Pastor definió a López como "el testigo más incómodo para las derechas españolas", ya sean "nacionales o nacionalistas", al demostrarles "que hay alternativas desde la izquierda" a los recortes.