Bilbao. Los partidos volvieron a poner ayer la lupa sobre los pactos postelectorales. Una vez asumido que ninguna fuerza logrará la mayoría absoluta, la política de alianzas ha pasado a convertirse en uno de los ejes principales de la precampaña, aunque las alusiones a las combinaciones posibles hayan servido más para ahondar en el desgaste del adversario que para arrojar luz sobre las intenciones de cada partido. Ayer, sin embargo, las formaciones coincidieron en un punto. Sus mensajes convergieron en el PNV, a quien dedicaron sus dardos y a quien concedieron involuntariamente la centralidad al situarlo en las diferentes alianzas posibles.

PSE y PP acusaron a los jeltzales de buscar a EH Bildu, mientras que la coalición soberanista insinuó justo lo contrario: que Iñigo Urkullu pactaría con los constitucionalistas al objeto de descabalgar a Laura Mintegi si no ganara las elecciones del 21 de octubre. El jeltzale rechazó entrar en el debate, y se abrió a todos los partidos en Radio Euskadi. "No cierro las puertas a nadie", zanjó.

La formación que más insistió en referirse al PNV fue el PSE. Un intento de polarizar la campaña y de buscar el cuerpo a cuerpo entre López y Urkullu que podría parecer forzado -teniendo en cuenta que, según las encuestas, el socialismo logrará la tercera plaza-, pero que podría ayudar al PSE a lograr un mayor protagonismo y, en consecuencia, más votos. Los socialistas buscarían ensanchar al máximo sus apoyos para aspirar a condicionar la formación del gobierno o a gozar de un mínimo de influencia en la Cámara.

críticas El PSE interpeló a Sabin Etxea por boca de su coordinador de campaña, Rodolfo Ares. Después de que el presidente del GBB Joseba Egibar augurara una oferta del socialismo a los jeltzales, el exconsejero de Interior echó balones fuera y preguntó al PNV si va a buscar los votos de EH Bildu "para sacar adelante a su candidato u otras propuestas en el futuro como ya hizo en el pasado", y si espera que la coalición "le devuelva el favor por haberle dejado gobernar en Gipuzkoa y San Sebastián". En una rueda de prensa celebrada en Bilbao, pidió a los jeltzales que aclaren su postura y, aunque también criticó a la izquierda abertzale y al PP, se centró en el PNV. Cargó contra su propuesta de reforma fiscal y el nuevo estatus, trató de identificarlo con los recortes, y acusó a Urkullu -"el principal candidato a gobernar"- de rehuir el cara a cara con López.

El secretario general del PP de la CAV Iñaki Oyarzábal, por su parte, llamó a concentrar el voto no aber-tzale en su partido para evitar que los jeltzales "se echen en brazos" de la coalición. Un mensaje que ha repetido su partido de manera recurrente, y que podría ayudarle a llevar a un segundo plano la pugna interna por el preso Uribetxebarria. La consigna ha terminado relegando las propuestas económicas, un terreno pantanoso para los populares, lastrados por los recortes de Rajoy.

EH Bildu volvió a pelear por la hegemonía abertzale situando al PNV próximo a los constitucionalistas. El líder de EA Pello Urizar acusó a PNV, PSE y PP de dejar las puertas abiertas a pactar entre ellos, y de cerrárselas a la coalición.