vitoria. "Hoy a la 'nueva izquierda y abertzale' le parece interesante Txiberta, Gernika, Lizarra y Loiola. Le parece interesante -podía decir Anoeta 2004- todo aquello que en su momento, en el momento de la verdad, después de haber querido condicionar a los demás agentes políticos, menospreció ante las condiciones e imposición de ETA y combatió con todas sus fuerzas". Con contundencia se pronunciaba ayer el presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV y candidato a lehendakari, Iñigo Urkullu, para referirse a unas declaraciones de la candidata de EH Bildu, Laura Mintegi, en las que afirmó "el pacto de Lizarra fue muy interesante".
"Si cree que Lizarra fue tan interesante no me explico por qué no lo dijo cuando ETA lo hizo saltar por los aires", reprochó Urkullu en un artículo escrito ayer en su blog, marcando distancias con EH Bildu a la que, en estos primeros compases de campaña electoral oficiosa, oponentes como el PP se empeñan en ligar su futuro postelectoral. Un discurso estratégico por parte de los populares que, por otra parte, no oculta la pugna que en los comicios del 21 de octubre librarán PNV e izquierda abertzale por la primacía en el mundo abertzale y, a tenor de todas las encuestas, por la victoria. Todo ello moviéndose en electorados con zonas fronterizas.
"El PNV está comprometido con ese nuevo futuro y lo queremos construir con el consenso y el acuerdo, entre todas las sensibilidades políticas si hay voluntad y es posible", insistió Urkullu, en esta ocasión sin hacer mención expresa de su propuesta de un nuevo estatus político para Euskadi -ese "raca raca de Ibarretxe" que le reprocha el PSE-EE-; un reto en el que el aspirante jeltzale a Ajuria Enea critica a la izquierda abertzale que "no acomete con seriedad y convicción la autocrítica que la sociedad le está demandando".
"En la memoria colectiva Txiberta, Gernika, Lizarra y Loiola fueron momentos en los que se pudo iniciar un nuevo camino de convivencia en Euskadi -sostiene Urkullu-. Fueron oportunidades en las que la izquierda abertzale o hizo seguidismo de las directrices de ETA o rechazó, apostando por rupturas revolucionarias que no nos han legado más que dolor y sufrimiento, como la de Txiberta. Era entonces cuando se tenía que haber sido valiente para apostar por el futuro. Era entonces cuando se tenía que haber alzado la voz de la palabra y la democracia. Era entonces cuando se tenía que haber dicho que aquella vía era interesante".
Un camino en el que Urkullu tampoco desaprovecha la ocasión para lanzar su dardo al PSE, recordando que los socialistas se comprometieron a "abordar la actualización y reconstrucción del pacto estatutario". "No lo hizo, nosotros lo haremos, ahora más que nunca", concluyó el burukide.