Donostia. En septiembre de 2010 ETA anunció que había cesado las "acciones armadas ofensivas". ¿Estamos en el momento más delicado de estos dos años en materia de pacificación?
En la Declaración de Aiete se propuso como una hoja de ruta y ha habido partes que se han movido y otra que no. Me refiero al segundo punto, que después de que ETA anunciara su cese definitivo instaba a los gobiernos a hablar con ETA para cerrar los "flecos técnicos". Cuando ETA le está diciendo contróleme mi desarme, el Estado está haciendo caso omiso. Otra cuestión es la de los presos…
Que, habiendo también más temas a resolver, centra la atención.
Sí, y ahí el PP sigue atado por los enormes fallos anteriores. Alimentó una ultraderecha muy grande y ahora depende de si a ese sector le gusta o no. La política penitenciaria del PP está basada en la venganza.
¿Cómo ve el 'caso Uribetxebarria'?
Totalmente deplorable, porque la ley dice que ha de estar en la calle. Alargar esta agonía es, aparte de inhumano, ir contra las leyes que ellos mismos han promovido. Además de lo que demanda la sociedad vasca (una salida para los presos y la derogación de la doctrina Parot), las instituciones europeas están diciendo a España que no está actuando conforme al derecho internacional y como tiene que actuar.
El EPPK afirma que la actual política penitenciaria está "en el principio del fin" y llamó a los reclusos a mantener "la lucha". ¿Lo comparte?
El EPPK tiene razón cuando dice que el caso Uribetxebarria puede ser el principio del fin porque la sociedad vasca no entiende cómo Uribetxebarria no está en su casa. Por otra parte, soy muy respetuoso con las decisiones que en este caso toma el EPPK al entender que deben luchar por los derechos de los presos.
¿Espera algún tipo de noticia en torno a ETA las próximas semanas?
La más importante ya la tuvimos el 20 de octubre, cuando decidió el cese definitivo de su actividad armada. Tal como hablábamos de aspectos técnicos, hay que abordar las cuestiones del desarme y de los presos. Hay que seguir trabajando estos temas y ahí está la responsabilidad de los políticos para llegar a un escenario de paz verdadera y definitiva.
