WASHINGTON. El presidente de EEUU, Barack Obama, instó ayer de nuevo al Congreso a prorrogar por un año a partir de diciembre las rebajas impositivas a la clase media y reiteró su oposición a extenderlas a los más ricos, puesto que el país no puede darse ese "lujo" ante el elevado déficit público. "Lo que necesitamos son políticas que hagan crecer y que fortalezcan a la clase media, que contribuyan a crear empleos", sostuvo Obama durante su tradicional discurso de los sábados. La propuesta de Obama es que los recortes de impuestos aprobados durante el Gobierno de su antecesor, George W. Bush, y que vencen en diciembre se prorroguen por un año, pero solamente para las familias que ganan menos de 250.000 dólares anuales.
Bajo el plan de Obama, los estadounidenses más ricos (un 2 % de la población) volverán en 2013 a pagar las tasas impositivas de la época en que era presidente Bill Clinton. "En esa época nuestra economía creó casi 23 millones de nuevos empleos y hubo el mayor excedente presupuestario de la historia", recordó el mandatario.
Obama lleva defendiendo durante varios meses un aumento de impuestos para los más ricos y el mantenimiento de las ventajas fiscales para la clase media como fórmula para reactivar la economía y el consumo y hacer frente al abultado déficit público. Pero esta semana el presidente ha puesto otra vez de relieve su propuesta, como arma electoral y ejemplo de las "diferentes visiones" del país que tienen él y su rival republicano en las elecciones presidenciales del próximo 6 de noviembre, Mitt Romney. Para ello el presidente concluyó ayer su gira de campaña por el estado clave de Virginia, tradicionalmente conservador pero que votó por los demócratas en 2008.
Los republicanos, que tienen mayoría en la Cámara de Representantes, sostienen que los recortes impositivos deben ser ampliados para todo el mundo, incluso para los más adinerados, y ya han adelantado que se opondrán al plan de Obama en el Congreso.