madrid. La Policía española detuvo ayer en Melilla a dos ciudadanos españoles, de 25 y 30 años, presuntos integrantes de una célula radical islamista y acusados de torturar y asesinar a otros dos miembros del grupo que habían decidido abandonarlo y desvincularse de la ortodoxia religiosa impuesta en el mismo.

Los detenidos eran "capaces de cometer atentados de especial brutalidad", indicó en el Parlamento el ministro español de Interior, Jorge Fernández Díaz.

El ministro explicó que los dos detenidos pertenecen "a la misma ortodoxia radical" de los islamistas que se inmolaron en Leganés (Madrid), días después de los atentados del 11 de marzo de 2004, en los que murieron 191 personas en el ataque terrorista con bomba a varios trenes en la capital de España.

Según informó el Ministerio español del Interior, el grupo que supuestamente lideraban los detenidos se dedicaba a reclutar a jóvenes y tenía conexiones internacionales para su formación en campos de entrenamiento o zonas de conflicto bélico.

registro Las investigaciones han permitido el arresto de Rachid Abdellah Mohamed y de Nabil Mohamed Chaib en el barrio de la Cañada Real, en Melilla. La Policía Nacional registró los domicilios de los dos presuntos yihadistas, que fueron trasladaron posteriormente a los registros.

Ambos estaban a la cabeza de un grupo compuesto por españoles de origen magrebí y marroquíes residentes en Marruecos. El grupo se caracterizaba por su hermetismo y por la adopción de fuertes medidas de seguridad internas para mantenerse en la clandestinidad.