VITORIA. Carlos Dívar, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), no se ha planteado en ningún momento presentar su dimisión puesto que considera que no ha cometido "ninguna irregularidad jurídica, ni moral, ni política". Ni dimisión, ni asunción de responsabilidades. Dívar aseguró ayer tener "la conciencia absolutamente tranquila", por lo que, ajeno al revuelo social que ha causado los gastos derivados de sus viajes a Marbella, sigue aferrado a sus cargos.

Veinte días después de que el vocal del CGPJ José Manuel Gómez Benítez, presentara una denuncia contra él en la Fiscalía por los gastos ocasionados por una veintena de viajes privados a Marbella, por valor de casi 13.000 euros, Carlos Dívar compareció ayer ante la prensa para ofrecer sus explicaciones. Lo primero que quiso dejar claro es que no se ha planteado dimitir puesto que, según manifestó, "tomar esa decisión sería como asumir algún tipo de culpabilidad". Tras esa primera declaración de intenciones, calificó de "acto de responsabilidad" continuar al frente tanto del Supremo como del CGJP.

Viajes cada dos meses Dívar justificó sus viajes a Marbella en la necesidad de conjugar su trabajo con la presencia en su provincia natal. "Tenía que acudir a los lugares donde están los juzgados y las presidencias y tomar contacto con la realidad del momento", manifestó, al tiempo que señaló que ostenta la presidencia del Supremo y el CGPJ "las 24 horas del día", por lo que tenía que aprovechar los fines de semana para viajar a su lugar de origen.

En sus explicaciones, Dívar, que desveló que los viajes a Marbella "han sido uno cada dos meses entre 2008 y 2012", aseguró que no se había alojado en hoteles de lujo, "sino de cuatro estrellas y a un precio bastante más bajo para lo que suele ser esa zona".

A Dívar se interpeló también por la persona con la que compartía mesa en restaurantes de lujo en sus visitas a la localidad malacitana. Aseguró que esas cenas tenían "carácter público y oficial, y no respondían a relaciones personales. De forma tajante". Sin embargo, no quiso revelar el nombre de su acompañante puesto que, según señaló, sus encuentros y la identidad de sus interlocutores, como los de cualquiera de los presidentes de los distintos poderes del Estado, "tienen en algunos casos carácter reservado y no se les tiene que dar publicidad".

Al congreso Las explicaciones de Carlos Dívar no dejaron satisfecho al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que las calificó de "claramente insuficientes", por lo que anunció su intención de pedir la comparecencia del presidente del CGPJ en el Congreso de los Diputados. No obstante, el ministro de Justicia del Gobierno español, Alberto Ruiz-Gallardón, negó la posibilidad de que Dívar tenga que comparecer en ante el Legislativo "porque no es competencia del Parlamento controlar al órgano de gobierno de los jueces".

De momento, Dívar ha encontrado respaldo en la asociación mayoritaria de la judicatura, la conservadora APM (Asociación Profesional de la Magistratura). A juicio de su portavoz, Pablo Llarena, el presidente del CGPJ no debe dimitir, pero "si debería haberse autolimitado en los gastos, aunque la institución se los permita".