barcelona. Expertos y víctimas del terrorismo de ETA coincidieron ayer en apostar por la llamada vía Nanclares como camino a la rehabilitación de presos de la banda terrorista y lograr así la convivencia social en el País Vasco.
Esta vía recibe este nombre por la prisión alavesa en la que, ya con el Gobierno del PSOE, fueron agrupados los activistas que decidieron desvincularse de la banda, pedir perdón por sus crímenes y comprometerse a pagar la responsabilidad civil a sus víctimas.
Por esta vía se pidió ayer seguir apostando desde la mesa redonda celebrada en la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona (UB), que contó con la participación del comisionado del lehendakari para la Convivencia, Jesús Loza; el adjunto a la Dirección de Atención a Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco, Txema Urkijo; los familiares de víctimas del terrorismo Josu Elespe y Santos Santamaría y los periodistas Mónica Ceberio y Eduard Sanjuan.
primeros pasos Desde su llegada al Gobierno, el PP ha mantenido su apuesta por la vía Nanclares y concedió la libertad condicional al preso etarra José Manuel Fernández Pérez, pese a las críticas recibidas desde asociaciones de víctimas como Voces contra el Terrorismo (VcT) o la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT).
Sin embargo, para Josu Elespe, hijo de un concejal socialista asesinado por ETA, la vía Nanclares supone "la luz al final del túnel", puesto que trata con terroristas "rehabilitados" y que "no suponen ningún riesgo para la sociedad".
En opinión del hijo del edil víctima de la banda armada, "los presos etarras deben ser tratados del mismo modo que un preso común", algo que sólo se logrará si la izquierda abertzale "les convence" para que se acojan a la legalidad y se adhieran a la vía Nanclares.