Vitoria. El accidente del rey en su viaje a Botsuana para cazar elefantes (si no se hubiera producido la caída real nadie habría sabido del derroche que implicaba) amenaza con convertirse en una cuestión es Estado a tenor del discurso asumido por el Gobierno y el partido que lo sustenta, que equiparan indirectamente las críticas con una traición al Estado. Y es que para los populares que los españoles cuestionen el gasto que supone un safari como el de Botsuana en tiempos de crisis (y que sus representantes electos se hagan eco de ello) es poco menos que poner en peligro la vigencia del actual modelo de Estado. Donde los españoles, los mismos a los que Rajoy exigía ayer "nuevos esfuerzos" frente a la crisis, ven legítimo derecho a la discrepancia, el PP ve una estrategia orquestada por su revales políticos para "alimentar polémicas", un procedimiento que para su número dos, Maria Dolores de Cospedal (Rajoy sigue callando), se usa para "crear dudas" sobre la Monarquía, algo que, a su juicio, "no es el mejor favor para la democracia española".

Pero esta estrategia del PP lo que esconde realmente es una intención de escurrir el bulto por sus propias responsabilidades políticas en el incidente. Así al menos se desprendería de la respuesta que De Cospedal dio al mensaje lanzado por UPyD: ¿Por qué el Gobierno no desaconsejó el viaje del monarca (y el dispendio que implicaba) en medio del fervor de ajustes que propugna?. De Cospedal tiró de manual del y salió por la tangente diciendo que "nunca" ha visto a un Gobierno "explicando las actividades privadas de la Casa Real" y añadiendo que si eso se produce "sería la primera vez que lo viéramos en la historia de la democracia".

En privado Por su parte en el seno del PSOE este episodio divide a quienes propugnan un cambio (el madrileño Tomás Gómez insiste en plantear la abdicación) y quienes guardan las formas aludiendo a su papel en la estructura del Estado. Esa es la postura de Alfredo Pérez Rubalcaba que ayer quiso mantener la equidistancia diciendo que "comprende" la opinión crítica de los ciudadanos sobre el viaje del rey, pero subrayando que, "como responsable del Partido Socialista, y por lealtad institucional, no comento la vida privada de don Juan Carlos". "La agenda del rey es privada, hay cosas que nos parecen bien y algunas que nos parecen menos bien y otras mal, pero no comentamos ninguna", subrayó. Eso sí, el secretario general del PSOE añadía que si tiene algo que decir al monarca "se lo diré en privado" y se ha mostró convencido de que el rey "le va a escuchar".

Quienes han sido más explícitos han sido dos barones socialistas: el lehendakari, Patxi López, y el portavoz del PSC, Jaume Collboni. Ambos pidieron públicamente una disculpa al monarca.

Para la portavoz de UPyD, Rosa Díez, esas disculpas deben llegar además a todos los españoles porque no es "ético" ni "responsable" que el Rey se haya ido de caza a Africa "mientras el país se desangra".

Por parte del PNV, el viaje de Don Juan Carlos ha provocado la censura de su máximo dirigente, Iñigo Urkullu, quien calificó de "frivolidad absoluta" el viaje, recordó que se trata de una personalidad "que no se somete a lo que es el control de las Cortes Generales" y apostó por "otro modelo" institucional ante una monarquía "anacrónica".

República Más allá va IU, que ayer insistía en la celebración de un referéndum "para que los ciudadanos puedan expresar si prefieren un Estado monárquico o republicano". Para Cayo Lara, su coordinador general, no habrá "democracia plena en España hasta que el jefe del Estado pueda ser elegido por todos los ciudadanos". "Cada vez más gente asiste atónita a la jefatura del Estado que tenemos, la forma de elección y también las actividades que estamos conociendo y que dicen muy poco de la actitud ética que tiene que mantener", avisó Lara en rueda de prensa.

Finalmente ICV y ERC recordaron que han pedido en numerosas ocasiones que se fiscalicen los regalos que recibe la Casa Real, y lamentaron que hasta ahora socialistas y populares lo hayan vetado.