Madrid. Diez expresos cubanos afincados en el España se declararon ayer en huelga de hambre para protestar contra el "desamparo" al que, según dicen, están sometidos por parte de las autoridades españolas. "Es la única alternativa que nos queda", aseguró en Madrid uno de los participantes en el ayuno, Ernesto Durán Rodríguez. "Nos sentimos abandonados aquí y somos responsables de nuestras familias que hemos traído de Cuba. Tenemos que asumir nuestra responsabilidad, como si nos cuesta la vida esta huelga", añadió. Los cubanos, que acampan desde el jueves frente al Ministerio de Asuntos Exteriores en el centro de Madrid, forman parte del grupo de 115 ex presos que llegaron en 2010 y 2011 a España junto con 647 familiares tras su excarcelación, fruto del diálogo entre el gobierno de Raúl Castro y la Iglesia católica.

El entonces Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero los incluyó en un programa de ayudas por un máximo de año y medio, periodo que se ha ido agotando en la mayoría de casos. Miembros del colectivo de cubanos afirmaron esta semana que hasta el momento han perdido las ayudas 83 expresos y sus familiares, en total unas 500 personas. Según Durán Rodríguez, unos 30 cubanos pasaron la noche del jueves acampados frente al Ministerio de Asuntos Exteriores para protestar por su situación. Durán aseguró que al grupo se le sumarán "pronto" otros excarcelados y sus familiares.

no políticos El Gobierno central, que no contempla a los expresos cubanos y sus familiares como exiliados políticos, prometió esta semana que estudiará "caso por caso" su situación. Además, precisó que cuando los cubanos llegaron a España firmaron un documento en el que se les advertía de que la ayuda era "temporal".

Por otra parte, el Gobierno de Raúl Castro anunció ayer que realizará en próximos meses una reforma migratoria "radical y profunda" para eliminar algunas de las restricciones que tienen los cubanos cuando deciden emigrar a otros países o viajar por motivos de turismo.

Esta reforma es uno de los cambios más esperados por los habitantes de la isla que desde hace casi 50 años deben solicitar un permiso de salida que se paga en dólares y que sólo se concede bajo ciertas condiciones. Los que logran salir, bien sea por vía legal o ilegal, y permanecen más de once meses fuera, pierden la mayor parte de sus derechos en Cuba, pues son considerados automáticamente emigrantes definitivos. "Uno de los temas que estamos debatiendo actualmente al más alto nivel del Estado concierne la cuestión migratoria. Vamos a proceder a una reforma migratoria radical y profunda en los próximos meses con el fin de eliminar este tipo de restricción", explicó Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento cubano.