Pamplona. Ni en España, ni fuera. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no suelta prenda sobre los recortes en Sanidad y Educación que planea su gabinete y ayer, en su primera visita oficial a Polonia y ante la insistencia de los periodistas, se limitó a decir que "no hay ninguna decisión tomada sobre los ajustes". Lo único que avanzó es lo que ya se sabía: que su intención es consensuarlos la próxima semana con las comunidades autónomas (primero lo hará mañana con las de su partido) para llevarlas al Consejo de Ministros este mismo mes.

En rueda de prensa en Varsovia junto al primer ministro polaco, Donald Tusk, Rajoy ni siquiera quiso valorar los sucesivos posicionamientos de los barones de su partido que van desde la cesión de competencias (lo propuso Esperanza Aguirre), hasta el copago sanitarios (lo insinuó ayer María Dolores de Cospedal).

Y es que el viaje de Rajoy a Polonia no era para hablar de recortes (el los llama "ajustes") sino para buscar aliados en Europa que contrarresten los ataques que contra la situación económica hispana (y por tanto contra su gestión) están lanzando líderes que buscan notoriedad política como el italiano Monti o el francés Sarkozy. Por tanto Rajoy, con el beneplácito de Tusk (conservador como él) proclamó que "nadie ha planteado un rescate para España y nadie va a plantearlo, ni está en la agenda de nadie. Vamos a seguir con el proceso de reformas. Vuelvo a llamar a la sensatez prudencia y responsabilidad", indicó en referencia a Monti y Sarkozy.

Rajoy, que reivindicó que ningún país ha acometido el paquete de medidas que ha llevado a cabo su Gobierno en apenas 100 días, insistió en que su objetivo es "hacer cumplir con el déficit público y cumplir con las reformas estructurales" puestas en marcha.

Así, aseguró que plantear un rescate de España es algo que "ahora mismo no tiene ningún sentido". "No hay intención, no se necesita y por tanto no tiene ningún sentido, y no se deben crear alarmas injustificadas", zanjó.