Vitoria. La brecha entre PP y PSE se agranda cada día un poco más. Según el acuerdo de bases se va amortizando y la legislatura va consumiendo sus días poco a poco, la intensidad de los ataques de los conservadores hacia el Gobierno Vasco aumenta, y el único pilar que sostenía en Euskadi la alianza entre dos partidos que en España son como el agua y el aceite se resquebraja a pasos agigantados desde que ETA anunció que renuncia a la violencia.
Ayer fue el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, quien lanzó la carga de profundidad del día contra el lehendakari, afirmando que Patxi López se ha "saltado" los siete primeros puntos de su decálogo sobre la paz para defender la causa de los presos de ETA -el octavo punto es el que hace referencia a los reclusos- porque "entra a todas, en lugar de dedicarse a gobernar".
Las de Oyarzábal no parecen las palabras del oficial socio preferente del PSE, y en la práctica único sustento del Gobierno de López, sino más bien las de un partido de oposición. El PP, a estas alturas, ya ejerce ese papel con todas sus consecuencias salvo la última, la retirada de su apoyo, que obligaría al lehendakari a convocar elecciones anticipadas, un escenario que cada vez más voces ubican tras las vacaciones de verano.
En todo caso, hace ya un año que la inquebrantable unidad de PP y PSE hace aguas por su único nexo de unión, el de la respuesta constitucionalista ante el terrorismo, y aunque los populares no han dejado de jurarle lealtad a López en este tiempo, tampoco le han ahorrado descalificaciones y advertencias.
La moción sobre Sortu
Primer toque de atención
En marzo, con las elecciones municipales a la puerta de la esquina, el PSE calculó mal e hizo un movimiento en extremo osado. Los socialistas presentaron en el Parlamento Vasco una moción en la que abogaban por la legalización de Sortu sin consultar antes con el PP, y a su presidente, Antonio Basagoiti, le faltó tiempo para levantar el teléfono, exigirle a López que en lo sucesivo le avisara antes de poner en marcha ese tipo de iniciativas, e instarle a que reculara, cosa que el lehendakari hizo sin la menor demora. El PP salió reforzado con este toque de atención en la misma medida en que el Gobierno Vasco quedó a merced de las críticas de la oposición a un Ejecutivo que se disculpó al más alto nivel. La portavoz del Gobierno, Idoia Mendia, y el consejero de Interior, Rodolfo Ares, aplaudieron la marcha atrás de los socialistas. Mientras, el todavía alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, denunciaba que muchos militantes estaban "hartos de las amenazas" del PP.
Fin de eta a las puertas del 20-N
"Tiempo de turbulencias"
Lo dijo el lehendakari en agosto; tras el estío llegaría un "tiempo de turbulencias" entre PSE y PP a causa de la nueva campaña electoral, la de las generales, que probablemente, y al final así fue, vendría acompañada del anuncio del fin de la violencia. Cuando ya en septiembre López se mostró comprensivo con aquellos vascos que sintieron "frustración" ante la sentencia del caso Bateragune, que supuso una nueva pena de prisión para Arnaldo Otegi, Basagoiti respondió acusando al lehendakari de "sembrar sospechas sobre la justicia" y le exigió "más firmeza mientras ETA exista". Luego los socialistas, tras muchos titubeos, decidieron acudir a la Conferencia de Aiete mientras en el Parlamento el PP agitaba la polémica sobre las víctimas policiales y Elorza volvía a salir a la palestra: "Personalmente, cuanto antes se ventile el acuerdo con el PP, mejor", manifestó el ya exalcalde donostiarra.
Nueva legislatura en el horizonte
Una "rémora" para el PSE
Fue el presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren, quien calificó de "rémora" a los populares, pero en realidad son éstos quienes parecen querer desvincularse del PSE para poder atacarle con comodidad en la próxima campaña electoral, aunque mantienen la tensión y de paso siguen explotando su papel de protagonistas de la legislatura. "No es el momento", respondía en ese sentido Iñaki Oyarzábal ante el emplazamiento del PNV para presentar una moción de censura, remarcando que los vascos irán a las urnas cuando lo decida Antonio Basagoiti.