VITORIA. Juan José Ibarretxe vive desde hace una semana sin escoltas. El que fuera lehendakari del Gobierno Vasco entre 1999 y 2009 ha decidido no llevar guardaespaldas que le protejan ante un eventual ataque y por ello recientemente pidió en una carta dirigida al departamento de Interior que se le retirase el acompañamiento de las personas que se han ocupado de su seguridad desde que accedió al cargo hace casi trece años y también después de que hace casi tres años abandonase el cargo tras ser relevado por el socialista Patxi López.
La decisión responde a la nueva situación creada tras el anuncio por parte de ETA el 20 de octubre del año pasado de poner fin a su ciclo violento. En su visita a Euskadi la semana pasada, la Comisión Internacional de Verificación liderada por Ram Mannikalingan confirmó que la decisión de la organización armada de abandonar la violencia es firme e irreversible, aunque alertó a los miembros de ETA que permanecen en la clandestinidad de las situaciones peligrosas que pueden darse por portar armas.
Ibarretxe encara el nuevo escenario abierto sin la violencia de ETA -la organización todavía no ha entregado las armas ni ha anunciado su disolución- y sin los berrozis que le escoltaban hasta hace ocho días. En su misiva a la consejería dirigida por Rodolfo Ares justificaba su decisión precisamente en el cambio que se ha operado en Euskadi en los últimos meses.
Su decisión prácticamente coincide en el tiempo con el anuncio por parte del Gobierno de Patxi López de retirar la seguridad personal a una treintena de viceconsejeros del Ejecutivo vasco, dentro del plan de reestructuración de los servicios de seguridad que viene realizando el departamento de Interior en los últimos meses. De este modo, el lehendakari y sus once consejeros serán los únicos que en Lakua llevan escolta desde hace dos semanas. El departamento de Ares decidió mantener la escolta al lehendakari y los consejeros por ser personas que tienen una importante relevancia y presencia pública.
Los Gobiernos vasco y español son las dos administraciones que se encargan de prestar estos servicios de escoltas a personas en riesgo por el terrorismo, a través de miembros de la Ertzaintza y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y con personal privado. Desde hace más de un año, esta seguridad está siendo revisada por los dos gobiernos de forma coordinada, algo que ha recibido un impulso desde que ETA anunciara el cese definitivo de su actividad violenta.
Actualmente, mantienen su escolta los parlamentarios vascos que, voluntariamente, no han renunciado a ella y entre los planes de Interior está mantener los acompañamientos, entre otros colectivos, a la cúpula de la Judicatura y la Fiscalía, a los máximos representantes de los partidos políticos y a los alcaldes que se considere necesario.
ALTA MÉDICA Por otra parte, Ibarretxe fue dado de alta ayer por la mañana del hospital de Barcelona en el que estuvo ingresado desde la tarde del sábado tras sufrir una lumbalgia aguda en el aeropuerto de El Prat. Regresó a Euskadi por la tarde en un vuelo desde Barcelona y para la tarde de ayer ya se encontraba en su domicilio con su familia.
Ibarretxe se recuperó bien de los fuertes dolores en la zona lumbar que motivaron su ingreso en el hospital. Los médicos le practicaron ayer unas pruebas que certificaron que "no es nada serio" y decidieron darle el alta, aunque le instaron a que hoy mismo se ponga en manos de su médico de cabecera para llevar a cabo una buena rehabilitación. El ataque agudo de lumbalgia le sobrevino en el aeropuerto de El Prat a donde había llegado desde Venecia, tras haber impartido unas clases en la Universidad de la mencionada ciudad italiana.