UN total de 20.000 euros más IVA como provisión de fondos para futuras actuaciones que, en teoría, nunca se dieron. Ésa fue la cantidad que el Instituto Nóos presidido por Iñaki Urdangarin obtuvo cuando, entre 2005 y 2007, esta entidad sin aparente ánimo de lucro asesoró a la Fundación Catedral de Santa María para captar patrocinadores privados que sostuvieran la actividad cultural y turística en el templo gótico vitoriano.

Ayer el actual director de la Fundación, Juan Ignacio Lasagabaster, remitió a las Juntas Generales los dos convenios -marzo de 2005 y enero de 2007- suscritos con el instituto de Urdangarin y su socio, Diego Torres, a los que ha tenido acceso este diario y que en teoría estaban llamados a captar a dieciocho grandes empresas que, a cambio de 100.000 euros cada una, patrocinarían otros tantos pilares de la Catedral. El convenio presentado por Urdangarin vendía, con ese estilo entre vacuo y pomposo que impregnaba la actividad de Nóos en seminarios y charlas, "asociar su marca y su imagen -la de las empresas-, como pilar económico de la alavesa, vasca y española (sic), a los pilares de la Catedral, la cual a su vez y en sí misma es un pilar social, cultural y turístico de la ciudad. Mediante esta asociación simbólica, los patrocinadores permanecerán indisolublemente unidos a la Catedral, a sus pilares, a los pilares de la sociedad vitoriana, a su futuro".

Lo simbólico terminaba a la hora de hablar de honorarios. Nóos cobraría el 15% de las aportaciones totales captadas -porcentaje elevado hasta el 20% en el segundo convenio, el de enero de 2007-, y la Fundación correría además con los gastos de los profesionales que hubiera que contratar para captar a los patrocinadores. El Instituto invitaba además a la Catedral a entrar en el Patronato de Nóos, lo que hubiera terminado de redondear el negocio para Urdangarin y su socio. Al final, el trabajo efectivo que realizó el instituto fue la elaboración de un calendario del proyecto, que entre enero y julio de 2007 contemplaba la elaboración de una lista de empresas, la concertación de entrevistas con éstas para vender el patrocinio de los pilares u otros más modestos, y el cierre de los acuerdos pertinentes. Nóos llegó a trabajar ese listado de firmas, básicamente las mismas que un aficionado al deporte se puede encontrar en la publicidad estática de Mendizorroza o del Buesa Arena, y preparó un power point en el que se recogían las contraprestaciones que podían obtener estas empresas por su patrocinio.

Cesión de salas de la Fundación, descuentos en merchandising, réplicas en miniatura de la Catedral, o un logo que asociaría al potencial mecenas -entre los que, por cierto, se encontraba Telefónica- con la Fundación eran las ventajas que Nóos proponía ofrecer a las firmas.

Por la razón que fuera, ahí concluyó la colaboración entre el Instituto y la Catedral. Ambas entidades elaboraron a medias el dossier que se había de entregar a las empresas, pero fue la propia Fundación la que se encargó de difundirlo y, a día de hoy, ha logrado que siete empresas del territorio patrocinen otros tantos pilares. Los otros once esperan la llegada de mejores tiempos.

Según Lasagabaster, Iñaki Urdangarin no ha cobrado porcentaje alguno de estos patrocinios, pero Bildu quiere que el responsable de la Fundación comparezca en persona en las Juntas para "aclarar inmediatamente la situación" y explicar si efectivamente, la relación entre Urdangarín y la Catedral se limitó al cobro de los 23.000 euros por "un estudio de seis páginas y media en el que se hace una relación muy simple de las empresas más representativas del herrialde, lo que sale a 3.200 euros por página".

Efectivamente, los convenios firmados con la Catedral, erratas al margen, casan con la descripción de los suscritos por Nóos con la SGAE o con el Gobierno balear y que tanto se ha difundido en los medios en las últimas semanas: "Unos pocos folios llenos de obviedades".