Madrid. La defensa de Baltasar Garzón y la Fiscalía pidieron la nulidad de la causa abierta al juez por investigar los crímenes del franquismo y cargaron contra el instructor de la misma, Luciano Varela, del que dijeron que "tomó partido y perdió su imparcialidad" y cuya actuación calificaron de "insólita".
Tanto el abogado Gonzalo Martínez-Fresneda como el fiscal Luis Navajas se refirieron con estos calificativos a la providencia dictada en abril de 2010 por la que Varela dio una "segunda oportunidad" al sindicato ultraderechista Manos Limpias para que corrigiera los defectos advertidos en su escrito de acusación.
Así, el letrado de Garzón consideró que el instructor "vulneró normas esenciales del procedimiento, tomó partido y perdió su imparcialidad" al llegar a sugerir la forma en la que el sindicato ultraderechista debía corregir esos errores, advirtiéndole por ejemplo de que debía precisar la calificación del delito de prevaricación incluyendo el término "a sabiendas".
La tutela judicial efectiva "no puede servir para amparar el derecho a que el juez reoriente la estrategia de acusaciones que son defectuosas", ha insistido el abogado, que ha recordado casos como el de Filesa y el Nani, en los que los defectos formales impidieron la continuación de la causa contra algunos de los acusados.
Por su parte, el fiscal -que aseguró que en sus 36 años de carrera no ha visto una actuación parecida a la de Varela- dijo que la providencia "transmuta un escrito de acusación que por sí mismo no se salvaba, y el juez colabora y coadyuva a reconstruir lo absolutamente irreconstruible". Varela "devolvió el toro a los toriles porque el morlaco (...) no estaba bien presentado para torearse en una plaza de primera", añadió el fiscal.
El escrito finalmente presentado por Manos Limpias, que pide 20 años de inhabilitación para Garzón, fue "un corta y pega" de los autos del instructor, hasta el punto, según Martínez-Fresneda, de que incluían las mismas erratas. La defensa sostiene, además, que el texto debió rechazarse porque no precisa cuáles de las resoluciones adoptadas por Garzón son las supuestmente injustas y, por tanto, prevaricadoras y que tenía como único objetivo que Varela pudiera abrir juicio oral y, por tanto, conseguir la suspensión del juez, que tuvo lugar en mayo de 2010.
Aplicar la doctrina Botín El letrado también solicitó el sobreseimiento de la causa en aplicación de la doctrina Botín del propio Supremo, que estableció que no se puede abrir juicio oral a instancias únicamente de la acusación popular cuando la Fiscalía y los posible perjudicados piden el archivo.
Según la defensa de Garzón, ni Manos Limpias ni Libertad e Identidad, otra organización ultraderechista que también ejerce la acusación, han resultado ofendidas o perjudicadas por la supuesta prevaricación de Garzón, por lo que carecen de legitimación para acusarle.
Además, dijo que en este caso no es aplicable la doctrina Atutxa, que permite acusar en solitario a la acción popular si es para defender "intereses colectivos", y recalcó que la conducta de Garzón "no ha causado perjuicio alguno".
Tras las peticiones de la defensa, el abogado de Manos Limpias, Joaquín Ruiz Infante, se opuso a todas ellas, defendió el derecho del sindicato a actuar como acción popular en defensa de lo que ha llamado "intereses generales" y aseguró que Varela se limitó a "perfilar" su escrito de acusación. Ruiz Infante concluyó expresando su respeto por las víctimas del franquismo.
La vista se reanudará el próximo día 31 con la declaración de Garzón, siempre que la sala no admita ninguna de las peticiones de nulidad formuladas ayer.