vitoria. El presidente del Gobierno español y su homólogo en el Ejecutivo vasco remitieron ayer sendas felicitaciones a Iñigo Urkullu por su reelección al frente del Euzkadi Buru Batzar, pero tras la de cal, la de arena. Y es que este gesto protocolario que no empaña las críticas que el aviso a navegantes del líder jeltzale en su primera intervención tras la votación de las filas jeltzales ha originado entre los compañeros de bancada de Mariano Rajoy y Patxi López.

La consecución augurada por el presiente del EBB de un "Gobierno Vasco de verdad" en las próximas elecciones autonómicas cuyas riendas vuelva a sujetar el PNV es, para los actuales dirigentes gubernamentales, una demostración de que en Sabin Etxea los vascos "de verdad son única y exclusivamente los vascos nacionalistas". Así consta en el comunicado que enviaron ayer desde Lakua acusando a Urkullu de no reconocer la pluralidad de Euskadi, una visión en la que los socialistas atisban unos severos límites con los que identifican la corriente nacionalista.

Las referencias soberanistas que el presidente del PNV reiteró frente a la Asamblea General de su partido también estuvieron en la diana de las críticas del PSE, ya que ven en esta visión independentista del conjunto de Euskal Herria trazada por Urkullu la misma pauta "del Ibarretxismo", algo que en opinión del partido liderado por Patxi López contradice "frontalmente" la propuesta peneuvista de ocupar la centralidad vasca.

concordancia de los socios Las cada vez más agitadas aguas que sacuden la estabilidad del pacto por el cambio rubricado por PSE y PP hace tres años no se vieron en esta ocasión removidas por visiones contrapuestas, sino todo lo contrario. La posición conjunta del PSE y del PP, por boca de su líder en Euskadi, Antonio Basagoiti, recuperó la sintonía plena de ambas formaciones cuando tocó valorar la posición de futuro esgrimida por los nacionalistas vascos.

El presidente popular diagnosticó una "epidemia de batasunitis" en el PNV para "competir a ver quién es más bruto que Otegi o más bestia que Garitano", una supuesta enfermedad de la que, en ocasiones, tampoco se libran los socialistas vascos, a ojos de Basagoiti. El dirigente del PP estimó que en Euskadi no hay que mirar al mundo de la izquierda abertzale sino a la centralidad, la moderación y al objetivo de vivir en paz y libertad.

Las alusiones del dirigente conservador hacían referencia a otro de los ejes argumentales que Urkullu manejó en su intervención en el BEC, el emplazamiento a los "cuerpos ajenos", en referencia a la Policía Nacional y la Guardia Civil, para que abandonen Euskadi, además de demandar el fin de la Audiencia Nacional.

La defensa de Basagoiti hacia los aludidos coincide con la visión del Gobierno Vasco actual, donde consideran "preocupante" que el PNV "parezca desconocer que las Fuerzas y Seguridad del Estado no desempeñan en Euskadi sólo tareas antiterroristas, sino unas funciones expresamente establecidas en la Constitución y en el Estatuto de Gernika". Respecto al tribunal con sede en Madrid, Lakua consideró que "su requisitoria contra unos jueces y unas fuerzas policiales que han contribuido al final del terrorismo, además de infundada e injusta, demuestra el nerviosismo del PNV ante la competencia del nacionalismo radical".

La presidenta del Parlamento Vasco, Arantza Quiroga, también participó en la cascada de reacciones originada por la palabras de Urkullu y situó estas palabras "en clave de pugna entre nacionalistas".

Tras felicitar al líder jeltzale por su reelección, la también dirigente popular apuntó que cree que tendrá "claro" cuál es la prioridad y que arrimará el hombro para solucionar la situación económica porque los vascos, según recalcó, "no están en que se vayan las FSE sino en encontrar trabajo".

Los nuevos burukides del EBB, ayer, durante su primera reunión en Sabin Etxea. Foto: david de haro