madrid. ¿Debería dimitir Zapatero tras la derrota electoral del PSOE? ¿Debería Rubalcaba ser el secretario general? Son las preguntas más frecuentes en los cuarteles generales del socialismo español donde todavía se relamen las heridas del 20-N. Rubalcaba compareció en solitario ante los medios tras su batacazo. Si lo hizo para arrogarse en solitario la derrota y salvaguardar a sus compañeros o lo hizo porque le dejaron solo, sigue siendo una incógnita. En cualquier caso, su soledad avivó aún más el debate sobre si batallará por el liderato de su partido o se apartará y dejará vía libre a otros candidatos.
La carrera para la sucesión de Zapatero al frente del PSOE arrancó ayer mismo desde el momento en que el presidente en funciones anunció la celebración en febrero de un congreso ordinario para renovar la dirección del partido.
Pese a la estrepitosa derrota electoral, Rubalcaba sigue siendo el nombre que más suena en Ferraz para liderar el PSOE, junto con el de la ministra en funciones de Defensa, Carme Chacón. Sus partidarios siguen viéndolo como la opción más sólida para llevar las riendas de la oposición, mientras que sus detractores esgrimen la histórica derrota para restarle la legitimidad de optar a liderar el PSOE. Su edad y su pertenencia a la vieja guardia del partido tampoco juegan a su favor. Hay quien le ve más que como candidato, como padrino de un aspirante afín.
El silencio de Rubalcaba contrasta con los mensajes subliminales lanzados por Chacón. No ha confirmado nada sobre si dará el paso, pero no se cansa de decir en público que el partido está preparado para que lo dirija una mujer y catalana. Dejó constancia de su ambición por subir en el partido al intentar disputar las primarias para el cartel electoral del PSOE en estas generales, pero finalmente se retiró. Su juventud puede ser una de sus bazas, aunque hay sectores que la ven demasiado cercana a Zapatero como para representar la renovación que necesita el partido.
Otro nombre muy comentado es el de Patxi López. Su implicación en la campaña electoral del PSOE fuera de Euskadi (ha participado hasta en seis mitines) han revalorizado su cartel en el seno del socialismo español y han disparado los rumores sobre sus ambiciones. Al contrario que en la CAV, donde su liderazgo está muy cuestionado a la luz de las encuestas, el lehendakari cuenta con mucho predicamento en España entre las bases. En su contra corre el hecho de que no es diputado en las Cortes Generales y y si llegara a dirigir el PSOE no llegaría a enfrentarse en un cara a cara parlamentario con Rajoy.
Otro socialista vasco que aparece en las quinielas es Eduardo Madina, al que algunos ya señalan como la promesa de futuro del partido. En la pasada legislatura se hizo cargo de la secretaría general del grupo parlamentario, avalado por Rubalcaba, y con Ramón Jáuregui como uno de sus valedores.
Junto a ellos suenan entre los aspirantes Guillermo Fernández Vara y José Bono, que en el año 2000 pugnó por la secretaría general, pero perdió ante Zapatero.