El Partido Popular blindó ayer el palacio Europa ante el aterrizaje en la campaña vasca de Mariano Rajoy con un dispositivo más propio de otras épocas que incluso dificultó la cobertura del acto a los medios de comunicación, que fueron minuciosamente registrados a la entrada por agentes de seguridad privada. Ni siquiera los periodistas acreditados por el propio partido que siguen al líder de los populares por todo el Estado en su carrera hacia La Moncloa se libraron del celo extremo de unos vigilantes que no dudaban en abrir cada maleta, registrar cada bolso e incluso trataban de cachear a los profesionales de la información a la espera de que fueran autorizados en persona para acceder al acto. Los ánimos estaban tensos. Cuatro dotaciones de la Ertzaintza custodiaban los accesos y una nube de vigilantes y escoltas protegía a los candidatos populares, que esperaban a su presidente al pie de la avenida.
detenido con cargos Y entonces saltó la chispa. Un hombre de mediana edad se intentó acercar a Antonio Basagoiti para darle un papel que llevaba en la mano y saltaron todas las alarmas. Tres agentes se avalanzaron sobre él impidiéndole acercarse al presidente de los populares vascos hasta que, dado que no cejaba en su empeño explicando que estaba en su derecho porque ambos estaban en la vía pública, fue esposado, detenido y liberado poco después, acusado eso sí de "desobediencia grave y agresión". "No sabíamos con qué intenciones se acercaba [a Basagoiti] y temíamos que intentara agredirle", explicaron fuentes de Interior a este diario. La Ertzaintza llegó incluso a cortar la calle a la altura de la entrada principal del palacio desviando a los transeúntes, que seguían perplejos la evolución del incidente. Sólo el inicio de los discursos apagó finalmente esta extraña tensión, dando paso a un acto, por contra amable y cuajado de bromas, halagos internos y aplausos,... y a la comida con la que los populares agasajaron a los 700 asistentes: cardo, cordero, morcilla y goxua.