vitoria. El PNV tiró ayer de programa para diferenciarse de las demás opciones políticas que competirán el próximo día 20 para ganarse un espacio propio en las Cortes españolas. O mejor dicho, de programas, ya que los jeltzales contrastaron ayer sus propuestas con las de sus más directos rivales -PP, PSE y Amaiur- para tratar de concienciar a los votantes de las consecuencias que tendrá su decisión de cara a los próximos cuatro años.
Siguiendo con el tour electoral con que el equipo que dirige Iñigo Urkullu está llevando sus mensajes a todas las "esquinas" del territorio alavés, la maquinaria jeltzale se detuvo ayer en Llodio, localidad natal del lehendakari Ibarretxe, presente ayer en el que fue su segunda aparición en esta recién estrenada carrera hacia las urnas. Desde allí, Urkullu advirtió a los electores de que en estas generales se decidirá "el modelo de sociedad" que se construirá en el futuro inmediato. Y en él, la forja del nuevo escenario alumbrado por el último comunicado de ETA; una tarea ante la que reivindicó la hoja de servicios que avala a su formación, al tiempo que lanzaba sus más afilados dardos contra quienes teme que pasen a la historia como principales protagonistas del contexto actual: una izquierda abertzale a la que reprochó los años perdidos, y un PSE cegado a su juicio por la búsqueda de "un protagonismo artificial".
el "bombero pirómano" Y es que, para Iñigo Urkullu, Patxi López está actuando "como el bombero pirómano", ya que al tiempo que reclama ante los medios acuerdos y consensos, "acusa a los demás, y en especial al PNV, de dividir a la sociedad". "Necesita un fuego -y ya van varios en los últimos días- para intentar hacer creer que él es el único capaz de apagarlo", y "así no se trabaja por la concordia y la normalización de la convivencia" sino que se crean problemas "donde no los hay y nunca debería haberlos habido", denunció.
Pero los jeltzales son consientes de que, como decía esta semana desde Cataluña el dirigente de CiU Josep Antoni Duran i Lleida, en estas elecciones se va a votar "con la cartera". Y, al grito de "nosotros sí tenemos programa", el presidente del EBB se lanzó a desgranar los principales elementos que, a su juicio, convierten al jeltzale en el mejor antídoto contra los efectos de esta brutal crisis.
"La crisis amenaza con poner patas arriba un modelo que todos pensábamos que era intocable", advirtió. Sin embargo, dinamitada ya esta verdad, dibujó un escenario plagado de dudas del que responsabilizó a partes iguales a socialistas y populares hasta acabar reflejando en los efectos que ha tenido para la economía vasca el acuerdo entre PP y PSE" -al que culpó de haber "dilapidado" la herencia de los anteriores gobiernos vascos- los riesgos del bipartidismo.
la vía "revolucionario socialista" Marcadas las distancias con quienes han sido durante esta legislatura sus principales rivales, Urkullu apuntó también contra quienes apuntan a serlo a partir de ahora. "Poco conocemos de su modelo", disparó apuntando contra la inconcreción que proyecta un programa cerrado sobre la bocina, al que auguró además una vida convulsa por las diferencias que vaticinó en el seno de una Amaiur que aún debe demostrar la salud de la convivencia de sus socios. "Si el modelo socialista hace aguas, nada os quiero contar de ese otro modelo revolucionario socialista", alertó. "Usan registros emocionales para obtener réditos electorales" y les basta con decir "que van a ser buenos", apuntilló el candidato Emilio Olabarria.
Y cerrado el análisis de intenciones y capacidades que proyectó sobre sus rivales, Urkullu volvió sobre su programa para ofrecer "un modelo que ha demostrado que funciona" en el que "crecimiento económico y bienestar no sólo no son incompatibles, sino que son complementarios y que deben ir de la mano"; una meta para la que se comprometió a luchar "más que nunca contra el fraude fiscal" y hacer de la fiscalidad "una herramienta al servicio del bienestar".
Asimismo, reiteró su apuesta por "la consolidación de la paz" y por el logro de "un nuevo estatus" que resuelva las carencias del marco de Gernika, de cara a unas elecciones "muy difíciles" en las que denunció que sólo se proyecte la pugna de PP y PSOE como, según denunció irónico, ha tratado de hacer el CIS con una encuesta que afirma que "en Álava no hay nacionalistas". "Como no les gusta la realidad, tratan de falsearla. Pero estamos aquí, y aquí vamos a seguir estando", concluyó.