BENGAZHI. El Consejo Nacional de Transición (CNT) proclamó ayer la "liberación" de Libia tras 42 años del régimen despótico de Muamar Gadafi. Lo hizo desde Benghazi, la segunda ciudad del país, donde comenzaron las protestas, el pasado mes de febrero, que culminaron con la muerte del dictador el pasado jueves en su ciudad natal, Sirte.
Ahora, con el anuncio de la liberación del país, que se hizo esperar debido a la resistencia de los gadafistas en Sirte y Bani Walid pese a que los rebeldes se habían hecho ya con el control de Trípoli el pasado 23 de agosto, el CNT da el pistoletazo de salida a su hoja de ruta que culminará con un nuevo gobierno democrático y una nueva Constitución en 2013.
En este sentido, el primer ministro interino, Mahmud Jibril, anunció ayer la creación de un Gobierno provisional que sustituirá al CNT tras un período de consultas que espera que no se prolongue más allá de un mes. "Ya han comenzado las consultas para la formación de un gobierno interino. Este proceso tardará, creo, de una semana a un mes", señaló Jibril después de haber presentado su dimisión como primer ministro en funciones para iniciar el proceso de transición.
Tras la creación del Gobierno provisional, se pondrá fecha a la celebración de las elecciones para el nuevo Congreso libio, que decidirá la composición del primer gobierno de iure tras la caída de Gadafi, según precisó Jibril durante su estancia en Jordania, donde acude a una reunión del Foro Económico Mundial. Las elecciones podrían celebrarse en junio del próximo año, según el ya ex primer ministro.
Ahora el principal temor lo plantea la posibilidad de que se produzcan divisiones internas en el CNT. Algunos temen que Abdel Jalil, que fue ministro de Justicia con Gadafi pero renunció al cargo, no sea capaz de imponer su voluntad entre las distintas facciones que integran el CNT, después de que las nuevas autoridades de Misrata hayan optado por mostrar en público el cadáver de Gadafi y éste siga expuesto tres días después de su muerte, en contra de la tradición islámica.
Así, Jalil aprovechó además para hacer un nuevo llamamiento a la calma. "Pido a todo el mundo perdón, tolerancia y reconciliación", reclamó. "Debemos deshacernos del odio y la envidia de nuestras almas, esto es necesario para el éxito de la revolución y el éxito de la futura Libia", dijo.
Además, Jalil prometió a la sociedad libia que se respetará la ley islámica. "Como nación musulmana, hemos adoptado la Sharia islámica como fuente de legislación, por lo tanto cualquier ley que contravenga los principios del Islam queda legalmente anulada", declaró. Asimismo, agradeció el respaldo demostrado por la Liga Árabe, la Unión Europea y Naciones Unidas para derrocar a Gadafi.