CUATRO días después de las elecciones presidenciales en Argentina, se cumplirá el primer aniversario del fallecimiento del expresidente y esposo de la actual mandataria, Néstor Kirchner. Un día que marcó la vida de Cristina Fernández y también su legislatura. Desde aquel momento, su popularidad dio un vuelco. "El Gobierno de Cristina Fernández estaba en declive, con alrededor del 30% de popularidad. La presidenta no hubiera tenido los niveles de popularidad de hoy si no hubiera fallecido Néstor Kirchner. Aunque el oficialismo trate de decir que no es así, la verdad es que nosotros vimos un cambio en la opinión pública notable", explica Mariel Forfoni, directora de Opinión Pública de la consultora Management & Fit (M&F).
"Nosotros teníamos una encuesta de diez días antes del fallecimiento de Néstor Kirchner, en la que el Gobierno tenía un 60% de desaprobación a su gestión, y diez días después pasó a tener un 60% de aprobación", ejemplifica Forfoni. Según la analista, el fallecimiento del expresidente provocó una gran empatía en los argentinos hacia su máxima mandataria, "y perdonaron al Gobierno algunas actuaciones que hasta ahora le reprochaban. Fue como una segunda oportunidad para Cristina que supo aprovechar bien".
Sin embargo, los analistas dudan de que la holgada victoria que obtendrá Cristina guarde una relación directa con su fallecido esposo. De hecho, ponen como ejemplo las derrota del kirchnerismo en las elecciones legislativas de 2009, en las que el Frente para la Victoria (FPV), la coalición que lideraba el entonces diputado Néstor Kirchner, sufrió un batacazo, al igual que en las elecciones de Santa Cruz, su provincia natal.
Tanto Forfoni como el analista Jorge Giacobbe, director de la consultora Giacobbe y Asociados, coinciden en que Cristina ha jugado inteligentemente al mostrar una imagen diferente a la su marido y que ha sabido moderar los aspectos que más crispaban del exmandatario. "De Néstor Kirchner molestaban sus formas, su aspereza", apunta Giacobbe.
"Él era un dirigente más pasional, que podía en el momento menos indicado pelearse con la persona menos indicada. Cristina es mucho más racional y ha sabido moderar su imagen, su lenguaje. Tiene una visión más estratégica", agrega Forfoni. Diferencias aparte, el 'matrimonio K' era sólido, tanto en la familia como en la política. Juntos dirigieron los destinos de Argentina en los últimos años. Se convirtieron en la versión moderna de Juan Domingo y Eva Perón. Ahora, Cristina logrará la reelección en las elecciones en las que su esposo aspiraba a volver a la primera línea del poder.