la haya. La Corte Penal Internacional, alto tribunal de Naciones Unidas, creado por el estatuto de Roma (2002) y cuya jurisdicción no reconocía el régimen de Gadafi al igual que otros países como Israel o Estados Unidos, tiene presenta que uno de los hijos del fallecido dictador, Saif al Islam, y el ex jefe de la Inteligencia, Abdulá el Senussi, "siguen prófugos" y en la mira del fiscal jefe de la Corte, el argentino Luis Moreno Ocampo, quien también emitió sendas órdenes de detención en su contra.

La Organización de la ONU ha prometido investigar su muerte, presuntamente linchado en público, como un botín de guerra, bajo las cámaras de decenas de teléfonos móviles de los rebeldes del Consejo Nacional de Transición (CNT), que la Unión Europea (UE) se apresuró a reconocer hace meses como "interlocutor legítimo de cara a la futura transición democrática en el país norteafricano".

Fuentes judiciales de la CPI y expertos consultadosa nunca creyeron en la hipótesis de que el fallecido dictador libio, Muammar el Gadafi, pudiera sentarse en el banquillo de la Corte como sí ha pasado con dos de los más destacados presuntos criminales de guerra de la última contienda en Bosnia (1992-1995) y para los que se creó un tribunal especial.

Sobre Seif al Islam pesa una orden de búsqueda y captura ordenada por la Fiscalía del tribunal de La Haya y emitida por Interpol. El viernes, fuentes del Consejo Nacional de Transición Libio aseguraron haberle detenido cerca de la localidad de Zliten, al este de Trípoli. Las mismas fuentes anunciaron su propósito de mantenerlo con vida para que fuera juzgado y que harían públicas las fotografías de su detención, algo que todavía no se ha producido. Los rebeldes han anunciado en varias ocasiones la detención del hijo de Gadafi, la primera de ellas cuando tomaron Trípoli, siendo siempre desmentidas posteriormente.