nairobi. La Policía de Kenia cree que las dos cooperantes secuestradas el jueves en el campo keniano de refugiados de Dadaab -la madrileña Blanca Thiebaut, de 30 años, y la catalana Montserrat Serra, de 40- no han sido trasladadas a Somalia, informó ayer el portavoz policial, Charles Owino. "Ayer llovía mucho. Incluso los vehículos que utilizaron se quedaron atrapados en el barro. Hemos cerrado todas las rutas que llevan a Somalia. Hemos desplegado un contingente de militares y policías, así como de especialistas paramilitares bien entrenados para misiones de rescate", apuntó. Tenemos "grandes sospechas" de que las dos mujeres secuestradas en Dadaab, considerado el mayor campamento de refugiados del mundo, "no han cruzado la frontera" con Somalia, insistió.

En la misma línea, el Gobierno keniano aseguró ayer viernes, a través de un comunicado, que "las Fuerzas de Seguridad de Kenia están siguiendo a los secuestradores" y que la Policía había encontrado el vehículo usado por los asaltantes a unos 40 kilómetros del lugar del secuestro. "El vehículo quedó atascado en el barro provocado por las lluvias. La Policía cree que los bandidos no han ido muy lejos", se afirma en el texto, firmado por el portavoz gubernamental, Alfred Mutua.

buscan dinero Aunque no existe ninguna prueba concluyente, Owino indicó que, por la forma de actuar, las especulaciones apuntan a la milicia fundamentalista islámica somalí Al Shabab, vinculada con la red terrorista internacional Al Qaeda. "Si examinamos la forma de operar y la situación en Somalia, vemos que Mogadiscio está ahora en manos de las tropas de la Misión de la Unión Africana en Somalia. Eso da a entender que Al Shabab puede estar buscando dinero por medio de procedimientos baratos".

A este respecto, subrayó, asimismo, que su departamento usará "todos los medios posibles" para rescatarlas españolas, "incluso ir a Somalia para traer a esas personas vivas, en caso de que crucen (la frontera)".

En el mismo sentido se pronunció Antonio Guterres, máximo responsable del Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), quien anunció que la Policía local se ha comprometido a desplegar 100 agentes más en Dadaab. "Le he dicho al Gobierno que ACNUR está preparada para costear todas las medidas de seguridad adicionales que se tomen en el futuro próximo", dijo Guterres en un comunicado interno de esta agencia de la ONU. El responsable agregó que "se está negociando un paquete de mejora de seguridad", ya que no se van a "escatimar esfuerzos para mejorar la seguridad" del personal que trabaja en el terreno.

De acuerdo con Guterres, el Equipo de Gestión de Seguridad de la zona había decidido una serie de medidas inmediatas, entre las que se incluyen la cancelación de "las operaciones que no sean vitales en todos los campamentos".

Esta medida, que se prolongará "durante los próximos días", se une a la obligatoriedad de desplazarse con escolta armada (hasta ahora opcional) "en todas las áreas del campamento". "Las agencias están organizando misiones conjuntas para maximizar los recursos. Se está organizando una reunión con representantes de los refugiados, líderes de cada campamento y la comunidad anfitriona para comunicarles los servicios limitados y hablar sobre medidas para mejorar la seguridad", añadió Guterres.

Varios cooperantes que trabajan en Dadaab aseguraron que, a pesar de la paralización de buena parte del personal de ayuda humanitaria que suponen estas directrices de la ONU, "los refugiados están bien".

El secuestro de las dos trabajadoras de Médicos Sin Fronteras (MSF), una madrileña y una gerundense, se produjo el jueves alrededor de las 13.30 hora local (10.30 hora GMT) en el campo de refugiados de Ifo II, en Dadaab, a unos 100 kilómetros de la frontera con Somalia.

El Gobierno keniano sostiene que fueron tres varones armados quienes se apoderaron de las cooperantes "después de sacar al conductor, herido, del vehículo" de la ONG. La política de MSF establece que no se opere con escolta armada en ningún país del mundo, excepto en Somalia.