vitoria. Un año y medio después de la previsión inicial del Gobierno Vasco y tras una primera fallida intentona en su tramitación parlamentaria, la Ley Municipal echó a andar por fin ayer con la pertinente calificación de la Mesa de la Cámara vasca. Su incierto recorrido está pendiente de la reacción de las diputaciones de Bizkaia y Álava, cuyos sendos recursos ante la Comisión Arbitral podrían paralizar el incipiente camino de la citada norma.

A la espera de conocer el sentido de esta reacción, ahora toca hablar de plazos. El boletín del Parlamento Vasco publicará el nuevo texto el próximo viernes, de forma que quedarán subsanados los errores que presenta el proyecto de ley actual, principalmente, en lo que se refiere a quién debe determinar la cuantía del dinero que va a parar a los ayuntamientos. Y es que, en el borrador que ayer mismo seguía colgado en la web del Parlamento Vasco, esta responsabilidad recae en las diputaciones, mientras que el nuevo proyecto de ley reparte la citada competencia entre las entidades forales y el Consejo Vasco de Finanzas, donde además de los ejecutivos forales también están representados el Gobierno Vasco y los ayuntamientos, principales destinatarios de la nueva norma. La publicación en el boletín interno de la Cámara vasca abrirá un plazo de 15 días para que los grupos presenten sus enmiendas parciales o de totalidad al proyecto de ley.

La Diputación de Bizkaia ha anunciado su intención de recurrir este proyecto ante la Comisión Arbitral, al considerar que vulnera las competencias forales, una reacción que estaba prevista para ayer, pero que aún no se ha oficializado.

Por la parte alavesa, el diputado general de este territorio histórico, Javier de Andrés, insistió ayer en el desconocimiento de su Gabinete sobre el texto definitivo y optó por esperar a conocer el proyecto de primera mano para pronunciarse al respecto. No obstante, avanzó que su gabinete no comparte esta iniciativa en los términos que se han dado a conocer. Respecto a su tramitación, De Andrés no quiso hurgar en la herida y se limitó a puntualizar que "no es un ejemplo de gestión adecuada".