bilbao. Se veía venir. Cuando el PNV le emplazó a proponer nombres para elaborar una lista de consenso entre jeltzales, Bildu, PSE y PP en Eudel, respondió con su silencio. Cuando el partido de Sabin Etxea interpretó como una negativa su desentendimiento y presentó una lista encabezada por Ibone Bengoetxea, la coalición abertzale denunció el presunto veto, pero no presentó ninguna plancha alternativa, como sí lo hicieron los independientes en torno a José Luis Navarro, y prefirió renunciar a participar en la dirección de Eudel y en sus votaciones. Su desinterés era palmario. Que Bildu no terminaba de verse seducida por la fórmula que agrupa a los municipios de la CAV comenzó a quedar patente poco después del 22-M, aunque cabía albergar la esperanza de que reconsiderara su decisión, puesto que dejó la puerta abierta a su participación esporádica "según el momento". Sin embargo, el llamamiento cursado por los exmiembros de Udalbiltza Kursaal el sábado, a favor de reconstruir la asamblea de municipios de Hegoalde e Iparralde, ha terminado pesando en Bildu, que recogió ayer el guante para considerar "imprescindible" la creación de una institución nacional.
Así lo explicó en un comunicado que no da nada por sentado, pero que sí enfría la posibilidad de participar en Eudel. "Bildu saluda el llamamiento a reconstruir Udalbiltza, y considera imprescindible la creación de una institución de carácter nacional que trabaje por la construcción de Euskal Herria y por defender los derechos sociales y políticos de la ciudadanía vasca", sostiene el texto, que reivindica a Bildu como la fuerza "que más concejales logró" ante las urnas, y que "muestra su disposición a recoger el testigo" lanzado el sábado.
Una postura que le da la oportunidad de contraprogramar al PNV, pero que le resta la posibilidad de engrasar relaciones con el PSE y el PP y de ahondar así en la normalización -es improbable que los constitucionalistas se sumen al foro de Udalbiltza-. Además, choca con la presentación de Amaiur como herramienta para tender puentes en las elecciones generales del 20 de noviembre, mientras en la CAV Bildu se resiste a participar en la asociación de municipios y opta por la fórmula nacida en 1999 para aglutinar a cargos de los siete territorios -PNV y EA emprendieron caminos separados con respecto a la izquierda abertzale tras la ruptura del alto el fuego-. Queda por ver, no obstante, si la coalición certifica su autoexclusión de Eudel, cuyo funcionamiento no resultaría incompatible con el de Udalbiltza. De hecho, la agrupación de cargos de PNV y EA en los siete herrialdes ha funcionado en paralelo a la fórmula de la CAV.
La participación de EA en Bildu, por otra parte, ha sido uno de los factores que ha permitido mantener viva la incógnita sobre la decisión definitiva de la coalición -junto al atractivo de la asociación de la CAV, que representa oficialmente a los ayuntamientos en los procesos legislativos-, puesto que siempre ha colaborado activamente con Eudel. A la vista de las últimas decisiones, se habría impuesto el criterio de la izquierda abertzale.
Exmiembros de Udalbiltza Kursaal, tras su absolución en enero. Foto: p. v.