ANWAR al Awlaki, un extremista yemení con pasaporte estadounidense, era desde hace tiempo uno de los líderes de la red terrorista Al Qaeda y, a sus 40 años, estaba considerado uno de los terroristas más peligrosos del mundo. Gracias a que pasó su juventud en Estados Unidos, el clérigo radical sabía cómo ganar para la causa del terrorismo islámico a musulmanes desencantados y culturalmente marginados en Occidente. Se considera que Al Awlaki reclutó a numerosos islamistas de habla inglesa en Yemen para perpetrar atentados en el extranjero.

Al Awlaki estuvo por ejemplo en contacto con el extremista que intentó hacer estallar un avión sobre Detroit en Navidad de 2009, con un explosivo que llevaba oculto en sus calzoncillos. Varias veces llamó también a los musulmanes a matar a ciudadanos estadounidenses. Además, se estima que estuvo en contacto con el atacante de Fort Hood, que mató a 13 personas en 2009 en la base militar ubicada en Texas.

Estados Unidos ordenó en abril de 2010 su asesinato. El diario New York Times informó de que era algo "extremadamente raro" que un estadounidense fuera puesto en la "lista de la muerte".

El padre de Al Awlaki intentó infructuosamente conseguir por la vía judicial que su hijo fuera borrado de la lista pero un tribunal de distrito de Washington desestimó su demanda. Un avión no tripulado estadounidense no pudo acabar con él en mayo del año pasado en una operación en la que disparó varios misiles contra su supuesto escondite. Después de que un tribunal yemení ordenara su "captura violenta" en noviembre, las fuerzas de seguridad del país árabe reforzaron la cacería del proscrito Al Awlaki.