La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, cargó ayer contra los llamados "indignados", los "camorristas" y los "pendencieros" que abogan "por un principio de democracia directa" bajo el que, advirtió, "se puede esconder un golpe de Estado", como en la Francia de 1793. Aguirre ha intervenido en la presentación del libro de Pedro J. Ramírez sobre la revolución francesa, junto al presidente del Congreso, José Bono, quien calificó la comparación de la presidenta madrileña de "despropósito" antes de hacer una encendida defensa de las elecciones democráticas. "Si quieren negar el valor de las urnas (los indignados), aunque fuese perdiendo, me quedo con las urnas siempre antes que con las masas parisinas", ha señalado Bono al recordar un reciente intercambio verbal con un grupo de indignados. Al acto ha asistido buena parte de la clase política, encabezada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy. Aguirre consideró que la obra supone una advertencia para los políticos de hoy en día, para que no dejen que "la demagogia de resentidos y minorías organizadas cambie fatalmente el rumbo de la historia".