donostia. El primer pleno de las Juntas Generales de Gipuzkoa escenificó ayer la nueva época en la que parece haber entrado la política vasca. El parlamento territorial asistió a nuevas y desconocidas alianzas entre Bildu, el PSE y el PP, acuerdos que llevaron a Markel Olano, portavoz del PNV, a concluir que la jornada de ayer supuso "el entierro político de la Ley de Partidos".
Toda la firmeza del discurso antiterrorista del PSE y el PP fue arrinconada para favorecer acuerdos de gestión foral de enorme trascendencia para los guipuzcoanos. Fue el caso del compromiso entre Bildu, Aralar y el PP para eliminar el proyecto de implantación de un peaje para camiones en Etxegarate. O el encuentro de Bildu, Aralar y el PSE para una reforma fiscal que recuperará el impuesto de Patrimonio en Gipuzkoa.
Este signo de normalidad política no pudo quedar sepultado bajo las habituales mociones sobre ETA que los partidos constitucionalistas incluyeron en el orden del día del legislativo foral para buscar las contradicciones en Bildu y cuyo debate, es cierto, sigue reabriendo las heridas causadas por el conflicto.
Aún y cuando quedó fuera de esas alianzas, el PNV se felicitó por ellas, ya que entiende representan un paso "importante" para la pacificación y la normalización. "Hoy se ha escenificado el entierro de la Ley de Partidos" sentenció Olano, que recordó los movimientos realizados por PSE y PP tras las pasadas elecciones forales y municipales para "arrinconar" a Bildu. "Está desapareciendo la política de bloques y se está abriendo un nuevo tiempo en la Cámara que valoramos positivamente", afirmó.
A vueltas con el gal Pero este nuevo clima que parece ha entrado en el Legislativo guipuzcoano no está exento de nubarrones. Durante el debate de una de las mociones de condena de ETA, la portavoz de Bildu en las Juntas, Idoia Ormazabal, calificó de acto de "hipocresía" que el PSE condene el terrorismo del GAL porque, según espetó a la portavoz socialista Rafaela Romero, "los que financiaron y organizaron" el grupo terrorista "siguen siendo dirigentes de su partido".
"El PSOE aquí y en Madrid es lo mismo", señaló Ormazabal para añadir que "una muestra de ello" es la sentencia de Bateragune, que "castiga duramente" a los dirigentes de la izquierda abertzale tradicional Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga, entre otros.
Estas manifestaciones fueron rápidamente contestadas por Romero, que pidió el turno de palabra por alusiones. La procuradora socialista acusó a Ormazabal de "no guardarle el respeto" cuando dice "yo he financiado y he apoyado al GAL".
Romero aseguró que ella "condena a los GAL y a todos aquellos que participaron de los GAL, porque eran sujetos que vulneraron los derechos fundamentales de sus víctimas; porque eran terroristas. Ustedes no tienen la valentía de decir eso de ETA y no puede tener la indignidad de decirme a mí que he apoyado y financiado a los GAL y quedarse tan tranquila". La portavoz socialista le echó en cara a Ormazabal que "es la que puede hacer frente a ETA y se calla", para insistir en que "a mí me guarda el respeto porque yo jamás apoyaré a una organización terrorista, ni al GAL. Ahora si puede, diga lo mismo de ETA", le retó.
El cruce de acusaciones se produjo durante el debate de una enmienda transaccionada entre el PSE y el PNV sobre el final del terrorismo y la consecución de la paz, que salió adelante sólo con el apoyo de socialistas y jeltzales y la abstención de Bildu, Partido Popular y Aralar.
La propuesta aprobada rechaza la violencia "como instrumento de acción política o método para el logro de objetivos políticos, cualquiera que sea su origen o naturaleza". Este rechazo, "abierto y sin ambages", se dirige a todas las organizaciones terroristas, -Triple A, Gal, Batallón Vasco Español- que "hoy son del pasado", y también a ETA, "desgraciadamente aún presente, en cuanto sujetos activos de conductas que vulneran derechos y libertades fundamentales de las personas".