DONOSTIA. Baketik se "reinicia". Tras cinco años desarrollando proyectos relacionados con la paz y la reconciliación, el centro ubicado en Arantzazu expande fronteras, adecuando sus funciones a las necesidades de la sociedad actual. La crisis y las "necesidades" de Euskal Herria motivan el cambio.
¿Por qué redefinen ahora Baketik?
El mundo está cambiando, nuestro país está cambiando, y Baketik se quiere situar en relación con las exigencias y necesidades que destapan por un parte la crisis global que padecemos, y por otra las necesidades de este país. Tanto lo uno como lo otro llama a una cambio personal y social, y Baketik quiere ponerse al servicio de ello, un cambio que mejore el mundo, que mejora las personas y mejore Euskal Herria.
Han trabajado sobre todo en temas referentes a la paz y a la reconciliación. ¿La nueva Baketik seguirá desarrollando estas cuestiones?
Sí, por supuesto. Son dos de nuestros temas clave y una de las prioridades de esta sociedad.
¿Seguirán colaborando con instituciones, escuelas... o su propuesta será más abierta?
Vamos a mantener el trabajo que hacemos en el sistema educativo, también el trabajo que hacemos de divulgación, de charlas... Pero también queremos ampliar el trabajo con los ayuntamientos y ofrecer a todo el que quiera la posibilidad de formarse, de conocer a fondo qué es la reconciliación y cómo puede aportar. Esta última parte la haremos en noviembre, en una oferta específica.
¿La reflexión que les ha llevado a este reinicio de la actividad ha concluido?
Está hecha una reflexión con una serie de puntos de partida del cambio de Baketik, pero no la queremos hacer deprisa y corriendo. Presentaremos estos puntos el 15 de octubre, y nos vamos a dar un año para concretar esos puntos de partida, con lo que el proyecto definitivo lo presentaremos en octubre de 2012.