madrid. La manifestación convocada ayer en Madrid por los principales sindicatos de ámbito estatal y varias organizaciones sociales contra la reforma de la Constitución que limita el déficit, contó con la participación de miles de personas (25.000 según los organizadores) y terminó en la Puerta del Sol con la lectura de un manifiesto que calificaba la iniciativa pactada por PSOE y PP de "antidemocrática". En el manifiesto, leído por los actores Mónica García y José Gamo, los convocantes pidieron a los senadores que no apoyen hoy la reforma en su trámite parlamentario y que sea la ciudadanía la que decida en referéndum. Con las frases "Así no, esto no", calificaron de "intolerable" que una reforma de tanta trascendencia sea aprobada en quince días "hurtando a la ciudadanía la posibilidad de pronunciarse" y aseguraron que se trata de un "grave atentado" a la soberanía popular y a la democracia. El manifiesto añadía que la reforma es una ruptura del consenso sobre el que se elaboró la Carta Magna y denunciaba que tenga un "signo ideológico conservador".

Además, argumentaba que es "innecesaria, inconveniente e inútil" y pone en grave riesgo las prestaciones y los servicios públicos del Estado de Bienestar, al tiempo que achacaba el fuerte déficit público no sólo a la recesión y a la especulación inmobiliaria, sino también a las "regresivas reformas fiscales realizadas en los últimos quince años". En este sentido, subrayaba el "injusto" sistema fiscal y reclamaba al Gobierno una reforma profunda que sea progresiva.

Al comienzo de la marcha los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez, y de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, insistían en que la reforma de la Constitución puede poner en serio riesgo los servicios públicos. La de Madrid fue la mayor marcha celebrada ayer, pero no la única, ya que se celebraron manifestaciones en otras ciudades como Barcelona, Valencia o Bilbao,

trámite Y mientras esto sucedía, la Comisión Constitucional del Senado aprobaba y enviaba al Pleno de la Cámara el texto de reforma tal y como había salido del Congreso sin admitir ninguna de las enmiendas presentadas por los grupos minoritarios. El texto salió adelante con los votos a favor de PSOE, PP y el representante de Entesa en la Comisión, Ramón Aleu, que pertenece al PSC. El único voto en contra llegó de la mano de Coalición Canaria, mientras que los senadores de CiU y PNV optaron por no participar en la votación pese a estar presentes en la sala.

Como ya ocurrió en el Congreso, cinco enmiendas fueron rechazadas por considerar que vulneran el espíritu de la reforma. Tampoco se aprobaron las otras 22 que habían presentado CiU, ERC, PNV, BNG Y CC. Pese a ello, todas volverán a debatirse hoy.