madrid. La decisión de los grupos políticos mayoritarios de reforma de la Carta Magna sin contar con la opinión de la ciudadanía ha generado un gran rechazo social que sindicatos y movimientos ciudadanos se están encargando de evidenciar en las calles tanto de Madrid como de diversas ciudades de todo el Estado. UGT y CCOO han convocado varias concentraciones para mañana jueves frente a las Delegaciones del Gobierno en la que se rechazará tanto el contenido de la reforma como la ausencia de referéndum para acordarla.

Además de los agentes sindicales, también se adhirieron otras organizaciones políticas y sociales como el PCE-EPK, quien considera que la iniciativa "auspiciada por el PSOE y el PP de espaldas a la ciudadanía e impuesta por el Banco Central Europeo, consagra el dogma neoliberal del déficit cero, lo que redundará a corto plazo en una merma de los servicios públicos esenciales a todos los niveles (estatal, autonómico y local), y a largo plazo en la paulatina privatización de esos servicios públicos".

Los sindicatos, tal y como recogió Efe, afirmaron que, "por su contenido y por sus plazos de aplicación, esta reforma no va a ayudar a la reducción de los niveles actuales de déficit público que sólo puede lograrse sin deteriorar gravemente el tejido económico y social de nuestro país, mediante la promoción del crecimiento económico y el empleo, una reforma fiscal equitativa y progresiva y un permanente rigor en el uso del gasto público". UGT y CCOO indicaron que la reforma "impone una grave limitación a la autonomía de los gobiernos democráticos y a la capacidad de autogobierno presupuestario de las diferentes administraciones públicas". "Esto afectará gravemente a su capacidad de utilizar la política presupuestaria al servicio de los objetivos de la política general", dijeron. "Supuestamente motivada por los ataques especulativos a las deudas soberanas, la reforma introduce en nuestra máxima norma jurídica un factor económico de carácter netamente procíclico que puede llegar a impedir la acción de los gobiernos para que nuestra economía no entre, en el futuro, en una recesión", señalaron, antes de añadir que "constituye también una amenaza permanente para las prestaciones e instituciones del Estado de bienestar, las políticas sociales y la cooperación para el desarrollo". Para los sindicatos, la reforma se realiza además de manera "precipitada, urgente, sin debate público y hurtando la participación de los ciudadanos", y señalaron que "sólo satisface las demandas de los mercados frente a las de la sociedad". Además de convocar la concentración, los sindicatos apuntaron que apoyan resto de movilizaciones como la del día 6 en Madrid,día en que la reforma llega al Senado.