madrid. El candidato del PSOE a las elecciones del 20-N, Alfredo Pérez Rubalcaba, le dijo ayer al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que él no hubiera "hecho así" la reforma de la Constitución para fijar una disciplina de déficit, sino que "lo hubiera consultado antes con la dirección del partido". No obstante y pese a esta crítica nominal trasladada en sesión matutina y en el marco de la Ejecutiva Federal de los socialistas, Rubalcaba acató la estrategia del PSOE, la respaldó y la impuso a los barones socialistas a los que a la tarde había citado en la sede de Ferraz. Es decir, el candidato cumplió en una jornada maratoniana el doble papel de distanciarse del Gobierno de cara a la opinión pública, pero atando el mandato de cerrar filas internamente para garantizar que se apoye la estrategia del Ejecutivo. En su primer encuentro después del paréntesis vacacional y tras el acuerdo alcanzado con el PP para reformar la Constitución, fuentes de la dirección federal aseguraron que tanto Zapatero como Rubalcaba se emplearon a fondo para explicar a sus compañeros las razones que han llevado a proponer una reforma exprés de la Carta Magna a pocas semanas, además, de la disolución de las Cortes Generales. "Yo no lo hubiera hecho así y así se lo he dicho al presidente", habría dicho el candidato quien, no obstante, también precisó que "la reforma es como una vacuna que hay que ponerse ahora para afrontar la difícil situación que puede presentarse". Rubalcaba explicó que si respaldó la decisión de Zapatero fue por "responsabilidad y por el estrecho margen que teníamos".
Por su parte Zapatero repitió discurso y razones para avalar la reforma: compromiso con la austeridad y la necesidad de controlar la "enorme inestabilidad financiera y en los mercados registrada este mes".
reunión Tras el rifirrafe interno, convenientemente filtrado a los medios, Rubalcaba cumplía su segunda función: cerrar filas e imponer disciplina a las diferentes federaciones. El aspirante a presidente insistía ante los barones territoriales en la urgencia de la reforma y argumentaba: "O la hacemos ya o no servirá para nada".
Y la estrategia funcionaba. Fuentes del PSOE explicaron a Efe que los dirigentes regionales acataron el mandato y valoraron "especialmente" que, a petición de Rubalcaba, se excluyeran del texto de la reforma las cifras concretas de déficit, que originariamente sí iban a figurar. El candidato también pronunció palabras de comprensión hacia el presidente del Gobierno: "Entiendo su situación, su responsabilidad. Ha hecho un gesto político relevante que nos sirve", sentenció.