Vitoria. En 15 años ha vivido sus mejores y peores experiencias en el seno de Ezker Batua, un partido que hoy dista mucho de la formación a la que se afilió. A punto de sufrir una nueva escisión, después del corte sufrido hace tres años, este afiliado y miembro de la Permanente en Álava se prepara para ver el nuevo escenario y trabajar por que el partido tenga presencia en el panorama político vasco.
Hoy se reúne la Presidencia y mañana el Consejo Político para abordar, en ambos casos, las escandalosas negociaciones en Álava. ¿Qué espera de estos encuentros?
Van a clarificar posiciones y vamos a ir hacia una mayor separación de dos organizaciones. La escisión es algo inevitable. Existen dos sectores que prácticamente no reconocemos la legitimidad del otro y no parece haber más camino que la separación.
¿Estamos ante el principio del fin de Ezker Batua?
Con los mimbres actuales, sí. Luego habrá que ver qué queda en cada lado, pero desde luego caminamos hacia la explosión.
¿Cree que ambos sectores continuarán en política o la separación supondrá la desaparición de una de las dos corrientes que imperan en el partido?
Se va continuar mientras se mantenga la representación institucional. Otra cosa es la militancia que quede en cada lado. El espacio para una fuerza como EB en Euskadi hay que pelearlo. Existen cuatro espacios que lo hagas bien o mal siempre van a existir (PNV, PSE, PP e izquierda abertzale). El quinto espacio depende de si lo hacemos bien y logramos superar el 5% en la representación electoral. En cualquier caso va a ser un reto y serán unos años difíciles.
Usted se alínea en las tesis defendidas por Mikel Arana en un territorio como el alavés donde los 'madracistas' son mayoría. ¿Cómo han afrontado esta situación?
A la hora de decidir y resolver nos dábamos cuenta de que estábamos en minoría, pero a la hora de las asambleas presenciales tampoco era tanta la diferencia. En militancia real las cosas están más igualadas que en órganos como la Permanente de Álava.
En este órgano interno ustedes solicitaron la dimisión de Madrazo y Llamas, además de la puesta a disposición de EB de los cargos implicados en la negociación, pero la mayoría no lo quiso así. ¿Qué razones les dieron?
Nosotros teníamos cinco de un total de 15 miembros, pero sólo asistimos 12. La cuestión estaba igualada pero se siguió funcionando por bloques. Parece que si los que han actuado mal son de tu familia la cosa no es para tanto. Hay que tener en cuenta que de las personas a las que se les exigía asumir sus responsabilidades tres estaban votando (Kontxi Bilbao, Nerea Gálvez y Merche Echezarreta). No se iban a tirar piedras contra su propio tejado.
¿Atisba diferencias entre la escisión de la que surgió Alternatiba y la que se puede producir ahora?
Esta gente tenía un perfil ideológico con algún punto de diferenciación respecto al resto de EB, relacionado con la cuestión nacional-identitaria. Bildu ha ensanchado sus márgenes hacia personas que en este aspecto está en el medio de lo que es la izquierda federal y la izquierda abertzale. En este caso es diferente. La ideología entre los dos sectores actuales es bastante similar.
¿Cuál es el problema entonces, el dinero y las ansías por controlar el partido?
El dinero -aunque cada vez hay menos-, el control de la organización y si se mantienen o no los principios básicos de 'una persona, un voto'.