BILBAO. Mientras los rumores apuntan a la difusión de un inminente comunicado en el que ETA haga su particular valoración de los resultados electorales del pasado 22-M, la organización armada ha introducido cambios en su estructura interna. Según un informe de los servicios de información del Estado español a los que ha tenido acceso la cadena Ser, la dirección de la banda ha decidido disolver Ekin, el órgano que durante la última década ha servido como correa de transmisión entre la organización y la autodenominada izquierda abertzale. Es decir, ETA ha liquidado a los adalides de la ortodoxia. A los defensores de las posiciones más duras. Aquellas que no entienden de atajos ni medias tintas.
Los continuos golpes policiales a la estructura de Ekin, según los expertos en la lucha antiterrorista, han motivado que la propia cúpula de la banda admita que este órgano vive un "auténtico colapso". De ahí su desarticulación, aunque para las Fuerzas de Seguridad también ha pesado en esta decisión los pasos unilaterales que viene dando en los últimos tiempos la izquierda aber-tzale tradicional.
Ahora, según las mismas fuentes, este sector tendría el control político del MLNV, un dato que llama la atención si tenemos en cuenta el mandato de la organización armada que supuestamente tenía la última dirección de Ekin desarticulada en septiembre del año pasado. El encargo era el de tratar de recuperar el control sobre su entorno político. En ese momento, todo hacía indicar que los pasos que los dirigentes de la izquierda ilegalizada habían dado, fruto del debate interno de sus bases, parecían intranquilizar a la banda, ya que verían al sector posibilista -aquel que apuesta definitivamente por las vías exclusivamente políticas y pacíficas- como un problema más que como una solución.
Pero, diez meses después de aquella operación policial, el panorama ha cambiado. Ahora, los posibilistas son mayoría y tienen como tarjeta de presentación el buen resultado electoral obtenido por Bildu. Según el informe dado a conocer ayer, no está claro todavía el papel y la función que van a desempeñar los antiguos miembros de Ekin, ya que mientras la organización armada siga sin disolverse, puede utilizar a estas personas para volver a hacerse con las riendas de todo el entramado político del MLNV. Algunas fuentes policiales creen que los dirigentes de Ekin tienen la intención de hacer pública la disolución el próximo mes de septiembre durante la celebración del Gudari Eguna como un gesto hacia a la izquierda abertzale.
La historia de Ekin, a la que el Ministerio del Interior calificó en su día como las entrañas de ETA, se remonta al 6 de noviembre de 1999, fecha en la que nace mediante una asamblea fundacional celebrada en el pabellón Anaitasuna de Iruñea. Este órgano sucedió a la Coordinadora Abertzale Socialista (KAS), que se autodisolvió un año antes para evitar la posible persecución judicial derivada de las investigaciones de Baltasar Garzón. Los primeros meses del presente siglo significaron la ilegalización de Ekin, que pasó a la clandestinidad hasta la actualidad.
'caso bateragune' Por otra parte, ayer, durante la sexta jornada de la vista oral del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional contra el exportavoz de Batasuna Arnaldo Otegi y otros siete acusados de reconstruir la formación ilegalizada mediante el proyecto denominado Bateragune, el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, compareció a petición de la defensa.
Según el testimonio recogido por Europa Press, el representante del sindicato abertzale explicó que en el verano de 2008 Otegi le trasladó en la prisión de Martutene "por primera vez de manera muy clara la necesidad de forzar un debate" en el seno de la izquierda abertzale para apostar por "términos estrictamente civiles y democráticos". "Arnaldo, hay que venir a verte a la cárcel para que hables claro", le contestó Muñoz.
De igual modo, el máximo responsable de ELA rechazó, como sostienen los informes policiales, que la huelga convocada el 21 de mayo de 2009 respondiera a las premisas impuestas por la izquierda abertzale. El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, por su parte, encabeza una carta enviada a José Luis Rodríguez Zapatero en la que se pide la puesta en libertad de Otegi.