MADRID. En su discurso con el que ha contestado a la intervención inicial de Zapatero de esta mañana durante el debate sobre el estado de la nación, Rajoy ha declarado que la "única solución eficaz" a los problemas de la economía española es un adelanto electoral que a su juicio no va a interrumpir el proceso de reformas anticrisis.

"Lo que necesita España es que se abran las urnas y que los ciudadanos puedan escoger, no tanto quién les gobierna, sino a quién trasladan esa confianza que este Gobierno ha malgastado", ha manifestado Rajoy.

Además de advertir de que cuantos más días se dejen pasar habrá "más paro, más deuda, más dificultades y más desánimo", ha insistido en que las elecciones abrirán un "tiempo nuevo que permita recuperar la confianza e iniciar una política eficaz", mientras que esta "sombra de Gobierno", según sus palabras, remonta a "un tiempo perdido".

Opina el presidente del PP que "no hay margen de mejora" y que España ya no necesita "más experimentos", sino "un Gobierno nuevo en un tiempo nuevo".

Entre los aplausos de los diputados del Grupo Popular, Rajoy ha insistido en que el tiempo sí importa y ha emplazado a Zapatero a no "aferrarse a su escaño".

Para culminar el eje central de su alocución, de algo más de media hora y muy centrada en la a su entender fracasada gestión económica del Ejecutivo, Mariano Rajoy ha anticipado, más allá de la convocatoria electoral, que no bastará con renovar el Gobierno.

La recuperación "no será tarea fácil", ha dicho, sino al contrario, porque "lograr que los españoles pongan el pie en la senda de la recuperación" no le parece "una obra titánica"; eso sí, personalmente se ha mostrado dispuesto a abordar este reto.

El único obstáculo para afrontar este "deber moral", según ha dicho al final de su discurso, es que Zapatero "lo permita" convocando los comicios, porque él ha garantizado que su partido lo hará "tan pronto como los españoles lo decidan".

Mariano Rajoy ha hecho un diagnóstico muy negativo tanto de la situación de la economía como de las medidas adoptadas por el Gobierno para combatir la crisis, como el "sucedáneo" de reforma laboral que "ha traído 300.000 parados más desde su aprobación" o la reforma del sistema financiero, aún no consumada porque a los ciudadanos les sigue sin llegar el crédito que necesitan.

Y de la negociación colectiva, la ha despreciado como fruto de un "grotesco espectáculo" para sacar adelante una "manifiesta improvisación", únicamente apoyada por los socialistas.

"Son necesarias las reformas, pero hay que hacerlas de verdad", ha enfatizado antes de reprobar a Zapatero porque le ha costado "una eternidad comenzarlas" sin haber completado con éxito ninguna.

Ha comparado el jefe de la oposición la situación actual con la de hace un año, en el anterior debate de política general, con cinco millones de parados frente a los poco más de cuatro millones de entonces.

Según Rajoy, con Zapatero hay mil parados más cada día, y todo ello dibuja un panorama en el que "no hay otro camino" que adelantar las eleccines, ha insistido, algo que ha recordado al presidente que incluso piden desde el propio PSOE.

Por ello ahora "lo único que se discute es la fecha"; "una hoja de calendario es lo que separa los españoles que claman ¡ya está bien! de un señor Rodríguez Zapatero que responder ¡todavía no!", ha aseverado.

Al margen de la economía, Mariano Rajoy ha hablado del terrorismo y de Bildu, al instar al Gobiero a "permanecer vigilante" y a no dejar pasar como "hechos consumados" la actitud de esta coalición en las instituiones vascas y navarras, sin dejarles pasar "ni una chulería, ni una amenaza, ni una vulneración de ley".

En esta parte, que también ha arrancado aplausos de los suyos, ha invitado al Gobierno a actuar "sin complejos" contra Bildu mediante la aplicación de las leyes en vigor y ha recordado que el PP ya había expresado su discrepancia con la decisión del Tribunal Constitucional de permitir que se presentara a las elecciones.

Y ha dicho que la "convicción" de que se trataba de "una nueva trampa de ETA" para "colarse" en las instituciones se ha confirmado por los hechos, porque, a su juicio, "han vuelto la intimidación, la chulería y el desprecio a la ley" en los ayuntamientos y diputaciones vascas.