Vitoria. El tiempo de la protesta sistemática y del victimismo ha terminado. Llega la hora de hacer política propositiva y de buscar los puentes necesarios para gobernar. Es en síntesis el mensaje lanzado por Iñigo Urkullu a Bildu.

En el acto político posterior a la reinauguración del batzoki de Elorrio, el presidente de la Ejecutiva nacional del PNV reprochó su tardanza en coger el tren de la "construcción nacional del día a día" a quienes "durante años han menospreciado las instituciones, no han acudido, se han abstenido, han anulado el voto, no han participado y cuando han participado ha sido para provocar".

Tras espetarles que durante décadas han estado "dormidos" con que Euskadi iba a cambiar de la noche a la mañana, Urkullu censuró la falta de implicación en la construcción del cambio de quienes ahora lideran Bildu y les pidió que no les den lecciones. "Ante todo, bienvenidos y bienvenidas a la tierra. Esta es la tierra prometida en y por la que siempre nos hemos implicado y aquí somos todas y todos iguales, ni más ni menos que nadie". Esta referencia a la tierra no fue gratuita, ya que el escenario elegido para hacerla era Elorrio, municipio en el que el pasado 11 de junio simpatizantes de Bildu insultaron y coaccionaron al único edil del Partido Popular en el consistorio y a la nueva regidora Ana Otadui, del PNV, que sumaron sus votos para dar la alcaldía a la formación jeltzale.

La coalición fue la lista más votada en las elecciones municipales y forales del pasado 22 de mayo en el municipio vizcaino, como también lo fue el PNV en Muxika, Markina-Xemein, Orio o Lanestosa, donde gracias al apoyo de otras formaciones Bildu se hizo, legítimamente, con las alcaldías de esas localidades y, sin embargo, los nuevos alcaldes no sufrieron ninguna amenaza.

La propia Otadui, que participó en el acto junto a Urkullu, el lehendakari José Antonio Ardanza, el expresidente del Parlamento Vasco Juan María Atutxa, el senador Iñaki Anasagasti y el burukide Andoni Ortuzar, señaló que es necesario que en el municipio se conviva "pacíficamente compartiendo lo que nos une y que respetemos nuestras diferencias". Asimismo, apostó por trabajar los próximos cuatro años por todos los habitantes de la localidad desde la cercanía. "Se puede amar lo que se es sin odiar lo que no se es", apostilló.

FALTA DE PROGRAMA Tras el reproche a los recién llegados a las instituciones supramunicipales, Urkullu advirtió a Bildu de que no van a permitir "que algunos tengan la tentación de convertir nuestras instituciones en instrumentos de demagogia política y electoral". Urkullu secundó las aseveraciones de su compañero de partido Joseba Egibar que el sábado afirmó que lo que más le preocupa de Martín Garitano es que puede ser un "Patxi López dos" por su falta de programa. En este sentido, el líder del PNV acusó a Bildu de que no le permitirá recurrir a la "demagogia para esconder la falta de proyecto real", ni tampoco para ocultar su "incapacidad", ni como "herramienta electoralista".

Desde que las elecciones del 22-M depararan una fuerte irrupción de Bildu en las instituciones municipales y forales, llegando incluso a gobernar en Donostia y en la Diputación guipuzcoana, uno de los focos de atención ha estado situado en la propuesta programática de la coalición, especialmente allí donde detentan responsabilidades de gobierno.

Durante la campaña su oferta programática no fue muy extensa, más allá de generalidades, si bien es cierto que su legalización por parte del Tribunal Constitucional se materializó la misma noche de arranque de la campaña electoral y, por tanto, no hubo mucho tiempo para su preparación. Ahora, ya en posesión de las makilas de mando, la oposición aguarda a ver su programa de gobierno, especialmente en Gipuzkoa, atravesada por varios proyectos de infraestructuras vertebradoras del territorio, y en algún caso del país, como el Tren de Alta Velocidad, la regeneración del Puerto de Pasaia y la incineradora.

Transferencias Como muestra del compromiso del PNV con la construcción nacional de Euskadi "día a día", el burukide jeltzale se refirió a las once competencias que llegarán el próximo 1 de julio a Euskadi que el PNV ha arrancado este semestre al Gobierno español en virtud del acuerdo de estabilidad presupuestaria rubricado entre socialistas y jeltzales.

"Once materias que hasta ahora se decidían en Madrid, de aquí en adelante se decidirán en Euskadi", dijo durante su alocución en euskera. "Para algunos es demasiado, es lo que piensan socialistas y populares en España. Para otros, sin embargo, es poco", señaló en referencia a Bildu. Los traspasos hacen referencia a la inspección de trabajo (cuyo traspaso se hará efectivo el 1 de enero de 2012, y no la próxima semana, por razones técnicas"); los maestros de instituciones penitenciarias; el personal sanitario de dichas instituciones; los profesores de religión; las convalidaciones y reconocimiento de estudios en centros extranjeros radicados en la CAV; la homologación y convalidación de títulos extranjeros no universitarios; la regulación de empleo; el transporte marítimo, fluvial y por carretera; la ejecución de la legislación del Estado sobre propiedad intelectual; los archivos de titularidad estatal; y la ampliación de los servicios traspasados en enseñanzas profesionales náutico-pesqueras.

La llegada de estas transferencias otorgan a Euskadi, en palabras de Urkullu, más capacidad y más poder. "Esto no se consigue de la noche a la mañana", señaló. Abundando en esta línea agregó que "esta es nuestra trayectoria y este es nuestro compromiso: poner nuestro saber hacer al servicio de la defensa y de los intereses de Euskadi, cada día y todos los días".