Bilbao. El runrún sobre la futura salida de Rodolfo Ares de la Consejería de Interior se ha convertido en las últimas fechas en un auténtico clamor en el seno del departamento. Más aún después de comunicaciones más o menos oficiales como la que trasladó el ex número dos de Ares, Rafael Iturriaga, a los distintos mandos de la Ertzaintza cuando se despidió de ellos el pasado miércoles. "Ya sabéis que Ares está más en Madrid que aquí", vino a decir el cesado viceconsejero de Seguridad, que confirmó además las diferencias que ha mantenido con su antiguo jefe y que habrían precipitado su destitución.
Estas palabras, que Iturriaga pronunció en Berrozi -hacia donde se trasladó en helicóptero junto al director de la Ertzaintza, Antonio Varela, desde la comisaría de Iurreta-, trascendieron en las horas siguientes entre los ertzainas de base y hasta los representantes sindicales. En un ambiente cordial, Iturriaga -que pese a haber perdido la confianza de Ares empezará una nueva etapa como asesor de Lehendakaritza- realizó una suerte de examen de conciencia y destacó como su principal logro en estos dos años la política de tolerancia cero con los carteles de presos de ETA.
Sobre la marcha de Ares, aseguró que está próximo a iniciar una nueva etapa en la capital del Estado junto al candidato de facto del PSOE a las elecciones generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, con el que mantiene una cercanísima relación. Según Iturriaga, el consejero de Interior estaría preparando ya su nuevo quehacer, labor que, por ahora, compaginaría con sus actuales responsabilidades. Así se explicaría lo especialmente activo que se está mostrando, no en vano ha tratado de mantener a raya a los sindicatos de la Policía vasca en entrevistas, artículos de opinión e intervenciones parlamentarias, sobre todo a raíz de la traumática decisión de aplazar el Día de la Ertzaintza, que debía haberse celebrado este domingo.
Candidato único La complicada coyuntura que atraviesa el PSOE, sobre todo a raíz de los adversos resultados de las pasadas elecciones municipales y autonómicas, tienen un indudable reflejo en su sucursal en la CAV. De hecho, los socialistas vascos se implicaron hasta las trancas en el turbulento proceso para elegir al nuevo candidato a los comicios generales de 2012, una vez que Rodríguez Zapatero anunció que se bajaba del barco -aunque su intención oficial es completar la legislatura-.
La exigencia del lehendakari Patxi López de celebrar, además de un proceso de primarias, un congreso que eligiera a un nuevo secretario general del PSOE en lugar de Zapatero, provocó que la ministra de Defensa, Carme Chacón, desistiera de competir para suceder al actual líder socialista, y dejó el camino expedito para que Alfredo Pérez Rubalcaba fuera erigido como candidato único y oficial.
El experimentado ministro ya ha anunciado que dejará la cartera de Interior antes de la celebración de los comicios generales, que oficialmente deben tener lugar en marzo pero sobre los que pesa la amenaza de un adelanto para el que hasta se ha apuntado fecha: el 27 de noviembre. Todo dependerá de la resistencia que demuestre Zapatero ante la adversa coyuntura económica y, según no pocas opiniones, de los deseos del propio Rubalcaba.
Perfil político En este trayecto, el también vicepresidente primero del Ejecutivo español querrá rodearse de los mejores, y Rodolfo Ares está situado en los primeros puestos de las quinielas. Que sea directamente como ministro del Interior -cargo para el que suena Antonio Camacho- o en otro puesto cercano a Rubalcaba es algo que está por verse. Los movimientos que han tenido lugar en el Gobierno vasco tras el 22-M, donde el PSE también cosechó unos resultados muy negativos, no tienen nada que envidiar a los de su homólogo en Madrid.
En una semana, Ares ha destituido a sus dos principales colaboradores en Interior. Así, Rafael Iturriaga ha sido relevado como viceconsejero de Seguridad por Miguel Buen, en lo que supone inyectar a este puesto un evidente perfil político que, según algunos, podría ser la antesala de la sustitución del propio Ares.
Resulta difícil calibrar la afección que sobre el Gabinete López tendría la pérdida de su principal valor. No es ningún secreto que el también coordinador del Gobierno vasco ejerce de argamasa que mantiene unido al Ejecutivo. Que el adelanto de las elecciones se haga extensivo a la CAV es otra posibilidad que también se apunta en el horizonte.