Vitoria. La crisis económica, la gestión de Zapatero y el acuerdo con el PP que los socialistas prometieron no firmar escasas semanas antes de suscribirlo, hacían concurrir al PSE en Álava con el miedo en el cuerpo, y finalmente sus peores previsiones se vieron confirmadas e incluso superadas con el efecto Bildu como acelerante. La coalición abertzale agravó la sensación de derrota al adelantar a los socialistas y relegares a cuarta fuerza política del territorio, rompiendo así el tradicional triple empate de PNV, PP y PSE en Álava.
Casi 30.000 votos se han dejado los socialistas por el camino en estos cuatro años, 13.128 de ellos en Vitoria y casi 15.000 en Álava. En la capital, Patxi Lazcoz pasa de ser el candidato más votado en 2007 a empatar a seis concejales con Bildu y con el debutante Gorka Urtaran, y contemplar desde abajo como el PP, manteniendo sus 9 escaños, se convierte en el gran ganador de la noche.
El castigo, sin embargo, fue más duro en las Juntas Generales, pues si el PSE ha perdido un tercio de su presencia en el Ayuntamiento, en Álava la pérdida de poder es aún mayor. Si en 2007 el PSE obtuvo el respaldo de 39.596 alaveses, un 26,29% de quienes fueron a votar, ayer se quedaron en 24.879 votos, pasando a representar un 16,3% de la Cámara foral alavesa.
Sentados en primera fila en la sala habilitada para pasar la noche electoral en el hotel Canciller Ayala de Vitoria, Patxi Lazcoz, Txarli Prieto y Víctor García Hidalgo, piloto en la sombra de la campaña del PSE en el territorio, iban viendo como la debacle socialista se confirmaba poco a poco en un ambiente de mucha resignación y escasas sorpresas. La sensación en los candidatos era la de que el PSOE que hace cuatro años les impulsó para alcanzar la alcaldía de Vitoria ahora les arrastraba en un hundimiento generalizado en el Estado. Lo que ayer les dieron, se lo quitaban hoy con intereses. “Hemos sufrido una clarísima abstención de nuestro electorado, lo que significa que no está satisfecho con nuestra política a nivel general, y desde lo local y foral no hemos podido aguantar el tirón, fundamentalmente por la situación económica”, resumía el candidato del PSE a las Juntas vizcaínas, José Antonio Pastor, en una declaración que poco después secundaba el aspirante a diputado general alavés, Txarli Prieto, en una valoración de urgencia para Radio Vitoria.
“Seguimos siendo un partido influyente, pero tenemos que hacer una reflexión muy profunda. Debemos encontrar -proseguía Prieto- otras formas de comunicarnos con nuestro electorado”.
Así lo harán en la comisión ejecutiva de Euskadi que mañana valorará el hundimiento generalizado de los socialistas y que, en lo que a Álava respecta, no se limita a las Juntas y al Ayuntamiento de Vitoria. El PSE mantiene los municipios de Ribera Baja e Iruña Oka, pero pierde uno de sus bastiones en el territorio, Elciego, donde Rafael Cruz deja de ser el candidato más votado.
La abstención en Álava, que pese al descontento social apenas se ha movido, pasando del 36,1% de 2007 al 36,46% de anoche, parece haberse concentrado en el electorado socialista, como señaló Pastor, pero no tanto en el resto de formaciones, lo que hace del PSE el principal perjudicado y confirma que la percepción general de la gestión de las formaciones estatales afecta a lo local y territorial. Sin embargo, como apuntó Prieto, también a los representantes del socialismo en Álava les tocará hacer una lectura muy crítica de lo sucedido en los últimos cuatro años.