vitoria. No se siente díscolo dentro de la familia socialista, aunque algunos lo vean así. Al contrario, se jacta de tener ideas propias y cierta autonomía, que en ocasiones le ha empujado a cometer errores de cálculo. Txarli Prieto es ya un histórico del socialismo en Álava, un exsindicalista que se echó a la calle con quince años y que aún guarda la chaqueta y el pantalón de pana que, ahora, alterna con las corbatas. Se mueve por las Juntas como en casa, siempre con el recuerdo imborrable de Fernando Buesa, aunque firmaría hoy mismo por cambiar el sillón de la Cámara alavesa por el de la Diputación. De hecho, es la segunda vez que se presenta candidato a diputado general y, si no es la vencida, como espera, podría haber otras más, ya que no tiene ningún inconveniente en jubilarse a los 67.
Urkullu, Llamazares y Rajoy ya han hecho campaña en Vitoria. Rodríguez Zapatero es el único que no se va a acercar.
No está previsto en su agenda, pero hay otros compañeros que trabajan activamente en la campaña, como el lehendakari, Javier Rojo y la ministra de Medio Ambiente.
Lo digo porque hay candidatos socialistas que le han 'vetado' en sus comunidades autónomas. No sé si es el caso de Euskadi.
No creo que a Zapatero le estén vetando en ningún sitio y, desde luego, en el País Vasco es siempre bien recibido. Con el tiempo será recordado como el presidente del Gobierno que más hizo y arriesgó por conseguir la paz.
Y el que anunció el cierre de Garoña para 2013, aunque la central acaba de invertir doce millones en mejoras. No habrá algo oculto que los alaveses debamos saber.
Quizá eso lo pueda responder el PP, que es quien ha anunciado que mantendrá abierta la planta si gana las generales del próximo año. Si esos doce millones tienen alguna connotación oculta lo sabrán ellos, nosotros, desde luego, no.
¡Ah! Es la segunda vez que se presenta a diputado general. Dicen que a la tercera va la vencida.
Espero que sea a la segunda.
Ya imagino. Pero podría haber una tercera, porque supongo que también desea seguir trabajando hasta los 67.
Sí claro, por varias razones. Primero, porque hay una reforma sobre la jubilación que me afecta; segundo, porque afortunadamente pertenezco a una generación que vive más años y, en tercer lugar, porque hay que hacer ajustes para que en el futuro podamos cobrar nuestras pensiones.
Ajá. Si regresamos al pasado, hay quien dice que en 2007 vendió la piel del oso antes de cazarla y, al final, se quedó sin votos para gobernar. Esta vez será más prudente.
Eso es una leyenda, lo que entonces dije es que tenía los apoyos para presentarme, y los tenía; no que iba a ser diputado general. De hecho, llegué al Pleno como el candidato con más respaldo, luego los radicales abertzales anunciaron que apoyaban al PNV y fue cuando aquello se desniveló. Pero dentro del juego con los partidos democráticos con los que manteníamos relaciones era el mejor situado.
Bien, pero perdió. Insisto, ¿va a ser más prudente ahora?
Es que si respondiera afirmativamente estaría alimentando esa leyenda, y me gustaría que se quedara en el pasado, porque no es cierta.
Claro. El PSE mantienen una 'entente cordiale' con el PNV en Álava, pero en el Gobierno Vasco está con el PP. ¿Dónde se encuentra más cómodo Txarli Prieto?
Me siendo cómodo si gano muchos votos en las elecciones porque la legitimidad para gobernar hay que buscarla en las urnas; prefiero el apoyo de los ciudadanos al de cualquier partido rival. Aun así, sabiendo que es difícil lograr mayorías en Álava, habrá que hacer pactos postelectorales, pero condicionados por los resultados.
¿Y por qué su trayectoria revela que no se siente muy cómodo con el PP?
Otra leyenda. Estos cuatro años hemos acordado muchos asuntos con el PNV, pero los ocho anteriores lo hicimos con el PP, que gobernó dos legislaturas con los votos socialistas. Pactamos con todo el mundo en función de las circunstancias y del interés político del momento. Cuando el riesgo mayor era el terrorismo y había un nacionalismo que no nos protegía lo suficiente, porque mientras a nosotros nos mataban ellos pactaban con ETA, tuvimos que protegernos. Afortunadamente, las cosas han cambiado radicalmente.
Y tanto. Ahora Bildu está en las elecciones y, quizá, sea clave en el cambio político en Álava.
Pues no lo sé, pero en Álava va a existir posibilidad de hacer pactos políticos al margen de Bildu, creo que no va a resolver nada a nadie, y espero que así sea.
Al final, el Constitucional rectificó al Supremo y se ha armado una buena.
Sólo cabían dos posibilidades y a mí ésta me parecía la más razonable. Lo grave es que el PP se dedique ahora a tratar de desprestigiar al tribunal. No se puede dar ese espectáculo ante la sociedad porque estamos en una democracia con unas reglas que hay que respetar. Es gravísimo, lo mismo que la aparición de Urkullu suspendiendo todas las relaciones con el Gobierno antes de conocerse el fallo, otro comportamiento insoportable.
Lo cierto es que los acontecimiento se suceden de forma maratoniana: comunicados de ETA, proceso de Bildu... ¿Ve la paz más cerca que nunca?
El paso adelante no está ni en ETA ni en Bildu, sino en la firmeza democrática que les ha ido cerrando el paso y forzando a adoptar esas decisiones. Claro que en estos momentos la expectativa de que ETA desaparezca es infinitamente mayor, porque los apoyos en la sociedad se han reducido, aunque Bildu tendrá que revisar cuestiones como ese gesto de desafío que realizó un preso al salir de la cárcel.
Las encuestas auguran un gran batacazo del PSOE. ¿Por qué tiene que ser distinto en Álava?
Porque la realidad sociopolítica es diferente. El malestar de los ciudadanos con el gobierno de Zapatero se debe, en gran parte, a la situación económica y aquí tenemos menos de la mitad del paro que en el resto del Estado, más capacidad económica e industrial y, además, un buen colchón de protección social. Todos esos elementos juegan a nuestro favor.
También la crisis es la primera preocupación de los vascos.
Normal, porque vivimos en una situación de crisis, eso provoca una respuesta motivada por las circunstancias, de ahí esa preocupación.
Preocupación que no lleva a los sindicatos a salir a la calle. Usted se manifestó por primera vez con 15 años, supongo que lo haría ahora.
Acabo de responder. En Euskadi tenemos unas cifras de paro bastante controladas y una economía que trata de aguantar, esto hace que haya mayor tranquilidad y, probablemente, sea la razón por la que no hay grandes protestas.
Es decir, como exsindicalista piensa que no se dan las condiciones suficientes para manifestarse.
Como exsindicalista poco tengo que decir ya, y si los sindicatos consideran que no hay razones para hacer grandes protestas, ahí está la respuesta.
Le he escuchado decir que si hay dinero y empleo habrá protección social. Pero es precisamente cuando la gente carece de ambos cuando necesita ayudas.
Lo que quería decir es que hay que mover la economía, de lo contrario, difícilmente va a haber tributos. La clave está en recaudar y potenciar el crédito a las empresas, y por qué no, exigir a las entidades financieras que tengan un comportamiento más social, que asuman riesgos para poner más dinero en circulación. Y también hace falta liderar mejor este territorio porque ha tenido unos dirigentes bastante apocaditos, desdibujados.
Apocaditos, dice.
Hombre, Rabanera sólo quería llevarse bien con todo el mundo y nunca alzó la voz para defender a Álava, ni ante Euskadi ni ante España. Y Agirre, la primera parte de la legislatura estuvo desaparecido y cuando se dio a conocer fue para explicar por qué un diputado de su gobierno estaba siendo investigado o por qué se le iban marchando sus socios. Así que Álava no ha pintado casi nada en ningún sitio porque le falta un liderazgo claro, y de ahí también se pueden obtener recursos.
Ya que ha citado el 'caso De Miguel', ¿le pasará factura al PNV?
Espero que parte del electorado nacionalista esté muy disconforme y a disgusto con la utilización que el PNV ha hecho de la política para favorecer a su gente y hacer negocios. Y espero también que haya hombres y mujeres que piensen que con este comportamiento político y ético no merece la pena mantener su voto. No obstante, me sorprende que el PP no quiera decir nada ahora; tengo la impresión de que ambos mantienen una especie de juego en el que uno no le pisa el callo al otro porque sabe que se lo pueden pisar a él.
Volvamos a la economía. Si lo importante es recaudar, también se pueden subir los impuestos.
¿A quién? y ¿para qué? Alguien cree que en este momento se puede hacer pagar más impuestos a quienes ya pagan. ¿Con qué objetivo? ¿Asfixiarlos? La clave no está ahí, si no en activar el consumo, facilitar crédito y crear empleo con recursos públicos.
Para el SEA, en cambio, la clave está en trabajar más y ganar menos.
Ésas son declaraciones que sólo sirven para tensionar el mundo laboral, porque saben que van a tener una inmediata respuesta de trabajadores y sindicatos y, desde luego, el camino ya es bastante tortuoso y difícil para alcanzar acuerdos como para poner encima de la mesa lo que enfrenta radicalmente a unos y otros. Insisto: hay que mover la economía. Y a mí me gustaría que los empresarios también reclamen una política de crédito diferente a las cajas y bancos y que realicen planteamientos racionales sobre cómo incentivar el consumo, por ejemplo.
Ya, hay que mover la economía. Y Foronda, porque no despega.
¡Mira! Ése es uno de los mejores ejemplos que se puede poner para ilustrar dónde no ha estado el Gobierno foral. Porque fui yo quien tuvo que salir a decir que el vuelo entre Vitoria y Madrid era irrenunciable.
Pero sigue sin haber vuelo. Definitivamente, Loiu ha ganado la partida.
Por eso queríamos recuperar el vuelo con Madrid y, de hecho, se está trabajando en ello, intentando abrir la oferta a otras compañías.
Quizá haya que renunciar, puede que sea insostenible tener tres aeropuertos en cien kilómetros.
No sé quién tiene que renunciar, pero para mí es irrenunciable.