Vitoria. En sendas cartas remitidas a las patronales vasca y navarra, ETA ha comunicado en los últimos días de manera oficial que ha decidido "cancelar" la exigencia del denominado impuesto revolucionario a los empresarios. La decisión de cesar la extorsión, que la organización armada engloba dentro del alto el fuego permanente, general y verificable que decretó el pasado 10 de enero, es el primer anuncio de estas características que la banda realiza en su historia a la clase empresarial, ya que durante las anteriores treguas la dirección de ETA se había reservado el derecho de lo que consideraba como aprovisionamiento, tanto económico como logístico.
La noticia la adelantó ayer el presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra, José Antonio Sarría, que aprovechó una rueda de prensa para destacar que el pasado martes recibió una misiva en la que ETA le comunicaba la decisión. Tras comprobar que la misiva era auténtica, Sarría decidió darla a conocer, ya que la propia banda le indicó que "pusiéramos en conocimiento de los empresarios, en particular, y de la sociedad, en general, que la exigencia del pago del impuesto revolucionario ha quedado cancelado". La organización armada -continuó el presidente de la CEN- decidió enviar la carta al propio Sarría "teniendo en cuenta la fuerza e influencia del sector social que usted preside" y dejó en sus manos la decisión de hacer pública la misma.
Minutos después de que el máximo responsable de la patronal navarra anunciara que ETA le había comunicado el cese de la extorsión, desde Confebask también confirmaron que habían recibido el mismo mensaje. El anuncio del cese temporal de la extorsión -que llega más de tres meses después de que la banda decretara el alto el fuego general, que en principio conllevaba también la paralización del impuesto revolucionario- se produce en un momento en el que las dudas sobre las verdaderas intenciones de la organización armada se habían reproducido.
Después del tiroteo registrado el pasado día 9 en territorio francés, cuando dos supuestos activistas de la banda dispararon contra una patrulla de la Gendarmería que les dio el alto -suceso que se saldó con un agente herido y la detención de los presuntos integrantes de ETA-, la presión de los partidos sobre la banda, incluida la propia izquierda abertzale oficial, aumentó de forma exponencial. Una situación que ha provocado que la organización armada haya que tenido que ratificar su alto el fuego, tanto en su primer Zutabe en tres años como en dos comunicados -en el último, publicado el pasado lunes en el diario Gara, ETA aseguró que el tiroteo en Francia fue contra su voluntad-.
La confirmación de que la banda ha "cancelado" la petición del impuesto revolucionario viene a confirmar lo que los propios empresarios han venido repitiendo durante estos últimos meses. Las últimas misivas que estos habían recibido y en las que se les exigía el pago de diferentes cantidades llegaron a mediados de noviembre. Este es un hecho significativo, ya que la organización armada corta con su principal fuente de financiación para mantener su estructura logística, tan necesario incluso en un periodo de hibernación como el que ha iniciado desde que decretara el alto el fuego general.
Aunque en noviembre llegaron un par de misivas, algunas fuentes consideran que esas cartas podrían ser de la remesa de octubre, por lo que la decisión de acabar con el envió de las mismas podría haberse tomado, entonces, hace seis meses. Así, el concepto "general" con el que la organización armada calificaba el alto el fuego adquiere un valor añadido, tras el cese de las acciones de kale borroka. Lo que los integrantes de la organización armada no han detenido es el robo de coches, ya que en Francia se han registrado un número considerable de hurtos. Precisamente, en un vehículo robado fueron detenidos Oier Gómez e Itziar Moreno, acusados de disparar al gendarme y que en el momento de ser arrestados portaban una considerable suma de dinero, proveniente, seguramente, de la extorsión a los empresarios.
Optimismo moderado Tanto la clase empresarial como la política acogió con optimismo moderado el anuncio del cese de la extorsión de ETA. Las llamadas a la calma llegaron desde diferentes ámbitos, ya que hay que recordar cómo la organización armada continuó recabando dinero durante la anterior tregua, que acabó con el atentado de la T-4.
Quienes sí saludaron el anuncio fueron los dirigentes de EA y la izquierda abertzale oficial. El partido de Pello Urizar lo interpretó como un paso más para la pacificación, mientras que la antigua Batasuna contrapuso el gesto de la banda con los "obstáculos" que, a su juicio, pone el Estado español.