Durango. "Ver el fin de la violencia en esta tierra va a ser el fruto en gran medida de la tarea que vosotros habéis hecho", le espetó ayer el presidente Zapatero a Patxi López, al que proclamó como "lehendakari de la paz". Lo hizo en la fiesta de la Rosa en Durango, a la que el jefe del Ejecutivo español no asistía desde hace seis años. Con el lehendakari a la cabeza reforzando el mensaje de sus logros en materia de normalización, el PSE alardeó de tener un papel protagonista como partido pacificador de Euskadi. Es más, avalaron que desde que dirigen el Gobierno Vasco "todo ha ido a mejor".
Esta afirmación la demuestra el hecho de que "el PSOE cada vez tenga más votos y ETA menos adeptos", evidenció Patxi López. Traducido a un lenguaje más práctico, los socialistas vascos atisban que el final del terrorismo está "más cerca que nunca" gracias a las políticas implantadas desde que desembarcara en Ajuria Enea, además del efectivo apoyo de Zapatero, "el presidente que más ha hecho por la liberación de los vascos". Pero antes, tanto el lehendakari como el presidente español llamaron a Bildu y a ETA a hacer los deberes para incorporarse con plenos derechos a una democracia que le dará "la bienvenida", siempre que ambos lo hagan con pasos firmes.
"Recuperar las verdaderas líneas de identidad de Euskadi", ha resultado fundamental en el camino recorrido hacia la pacificación estos dos últimos años, una labor que según López no hacía antaño un PNV actualmente enfangado en "acusar al Gobierno Vasco de diluir" esa esencia. Así, el PSE volvió a hacer del debate identitario su arma arrojadiza contra los jeltzales a pesar de que volvieron a mostrar su perfil más vasquista en el acto de ayer, una celebración condicionada por la visita de Zapatero y la cercanía de las elecciones del 22 de mayo.
Sobre identidades enfrentadas y las desigualdades sociales versó la arenga de López, una alocución en la que elogió la filiación socialista por su carácter "de acuerdo y pacto", -aunque solo lo hacen con un PP que les brinda su apoyo, y al que a nivel nacional critican sin piedad para olvidar esa combatividad en Euskadi-, en contraposición al "frentismo" jeltzale, cuya capacidad negociadora ha salvado de las elecciones anticipadas a su jefe Rodríguez Zapatero en Madrid y despliega el Estatuto vasco arrancando transferencias ante la inacción del Ejecutivo de Lakua.
"con patxi, lo mejor" Pero ayer era día para sacar pecho, y el lehendakari aseguró que sus actuaciones han estado encaminadas a romper las "fronteras de las identidades enfrentadas", práctica que antes efectuaban los jeltzales dividiendo a los ciudadanos en "vascos buenos y los otros. A los constructores de esas fronteras debemos enfrentarnos", evidenció, sobre la pugna electoral que en breve mantendrán. "Consideran que el Gobierno vasco es suyo, el euskera es suyo, el país es suyo…, pero nosotros hemos dado tranquilidad, recuperando las verdaderas señas de identidad de la Euskadi auténtica". A este coro también se sumó el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que subió al estrado a gritos de "presidente, presidente", al alabar a López por ser "el lehendakari del diálogo y la concordia", estando en la primera línea de un partido que ha trabajado "duro" por defender "los valores de la pluralidad y el respeto a los diferentes sentimientos"; pero también por trabajar incansablemente por el "fin del horror de la violencia y de ETA". Es más, el futuro será más halagüeño todavía para los vascos con López en el sillón de Ajuria Enea, vaticinó Zapatero, al que el lehendakari agradeció sus esfuerzos "al ser el presidente que más ha hecho por la liberación de los vascos", poniendo contra las cuerdas a la organización armada. Y el presidente le devolvió el piropo: "Con Patxi, lo mejor para Euskadi está por venir".